Arabia Saudí califica de “acto de guerra” y atribuye a Hezbolá e Irán el lanzamiento de un misil el pasado sábado que fue interceptado en las inmediaciones de Riad. Su ministro de exteriores, Adel al Yubeir, amenaza con una respuesta “adecuada” a pesar de que los rebeldes yemeníes huthis han reivindicado el ataque.
Esta nueva escalada de tensión con Irán llega en un momento clave para el reino saudí, tras la purga iniciada el pasado fin de semana por el príncipe heredero, Mohammed bin Salmán. Un movimiento delicado y argumentado bajo la lucha contra la corrupción, pero calificado por muchos analistas como un paso más en la consolidación de su poder.
La investigación saudí concluye que el misil fue construido en Irán e introducido en piezas de contrabando hasta Yemen, donde “miembros de la Guardia Revolucionaria iraní y de Hezbolá” ayudaron a reconstruirlo y después lo lanzaron. El secretario de Estado para Asuntos del Golfo del Gobierno saudí, Thamer al Sabhan, afirma que tratarán a Líbano “como si nos hubieran declarado la guerra”. Sin embargo, no es la primera vez que Arabia Saudí pone a la organización libanesa en su punto de mira dada su filiación chií y su afinidad con Irán. A esto hay que sumar el giro dado en la política exterior de Riad desde el nombramiento de bin Salman como príncipe heredero, más dura y decidida a recuperar el papel tradicional del reino en el mundo árabe.
Por el momento, y como respuesta, Arabia Saudí ha cerrado todas las fronteras en Yemen, incluso para la ayuda humanitaria, lo que podría agravar el ya enorme desastre humanitario que vive el país tras años de guerra. Esto se suma al embargo económico impuesto por los saudíes y las penosas condiciones de vida de millones de personas sin acceso a servicios básicos, denunciadas por Naciones Unidas, Unicef o Médicos Sin Fronteras.
La purga del heredero al trono de Arabia Saudí
Cuatro ministros, docenas de exministros y 11 príncipes. Es el resultado, por el momento, de la purga realizada durante este fin de semana por el nuevo Comité Anticorrupción, liderado por el príncipe Mohammed bin Salman. Entre los detenidos destaca Alwaleed bin Talal, considerado uno de los hombres más ricos del mundo y con inversiones en empresas de la talla de Apple y Twitter. Se le acusa de lavado de dinero, aunque algunos analistas creen que detrás de su detención, y del resto, está el intento del príncipe heredero de consolidar su poder.
La revista Forbes cifra la fortuna de bin Talal en unos 17.000 millones de dólares. Tras conocerse la noticia de su arresto, los títulos de su firma de inversiones, Kingdom Holding, valorada en 9.000 millones de dólares, llegaron a caer un 12% en la bolsa saudí. Citigroup, donde participa desde 1991, Twitter y Apple también podrían sufrir las consecuencias. Aunque se desconoce el porcentaje que tiene de estas compañías, algunos medios lo cifran en torno al 5%. InsiderScore.com, donde posee un 4,9%, o Twenty-First Century Fox, son otras de las compañías donde Kingdom Holding tiene participaciones relevantes.
Alwaleed también ha invertido en compañías de comercio electrónico y tecnología, como JD.com, durante los últimos años a medida que aumentaba la demanda en este sector. El hotelero, especialmente en Nueva York y Londres, también está entre sus inversiones destacadas, con participaciones mayoritarias en el hotel Plaza en Manhattan y en el Savoy de la capital británica; además de Accor, el mayor operador hotelero de Europa.
A todas estas participaciones internacionales se suman las inversiones de bin Talal en empresas saudíes, sobre todo en sector inmobiliario, bancario, comercio minorista y petroquímica.
En cuanto a las consecuencias en mercados, es en la renta variable donde la purga de bin Salman podría hacer más daño. Desde Moracabn Asset Managment, Tomás García Purriños, explica a Capital Radio que “no hay que olvidar que algunos de los políticos detenidos tienen cierto poder en algunas de las empresas o son accionistas fueres en las principales empresas del Euro Stoxx 50 y del S&P500”. En el caso del petróleo, cuyo precio reaccionó con subidas a la noticia de las detenciones, Purriños cree que “no deberíamos hacerle demasiado caso porque la subida no será de mucho recorrido”.