La compañía sufre las consecuencias de una competencia más fuerte por parte de Adidas y la amenaza de una guerra de precios de las empresas minoristas del sector deportivo.
El beneficio de Nike se recorta en un 24% de 1.250 millones de dólares a 950 millones en el último trimestre. Sí que crecen los ingresos a 9.070 millones de dólares pero no cumplen el consenso de mercado que esperaba 9.080 millones. Los ingresos en Estados Unidos, su principal mercado, se han reducido un 3%, y esto significa su primera caída en más de 10 meses. Sin embargo crecen las ventas en China continental un 9%.
Nike recibe goles desde varios frentes. Por una parte, en Estados Unidos se enfrenta a Adidas que gana fuerza frente a Nike. A la vez, la tendencia athleisure, que consiste en usar ropa deportiva para ocasiones tanto formales como informales, se desvanece tras diez años en cabeza de la moda internacional.
Varias cadenas deportivas, Sports, Authority y Sports Chalet, se han declarado en bancarrota este año lo que significa que los canales de distribución de Nike se han debilitado. Las tiendas que quedan ven como sus visitas caen sustancialmente lo que obliga a Nike a reducir sus precios para luchar contra la competencia online.