Tesla ha llegado a un acuerdo con el gobierno de Shanghái para construir una planta de fabricación de coches en la zona de libre comercio de la ciudad, según The Wall Street Journal.
La compañía de Elon Musk será el propietario de la fábrica, en lugar de asociarse con un fabricante local, como suele ser habitual debido a las regulaciones de China contra la entrada de empresas extranjeras.
Una fábrica en Shanghái le daría a la compañía de automóviles eléctricos una oportunidad de alcanzar el ritmo de crecimiento rápido que tienen sus rivales.
China presenta una gran oportunidad, pero a su vez desconcertante para todos los fabricantes de automóviles extranjeros. El país es ahora el mayor mercado para vehículos de pasajeros. Aunque el crecimiento se ha desacelerado, las ventas aumentaron un 3,3% en septiembre con respecto al año anterior. Sin embargo, el empeoramiento de la calidad del aire ha llevado a Pekín a considerar una posible prohibición de los automóviles con gasolina solamente.
Tesla produjo solo 260 de sus nuevos modelos 3 en el tercer trimestre, muy por debajo de los más de 1,500 que fueron dirigidos. Musk habló de "infierno de producción" en el camino para construir medio millón de vehículos el próximo año, o aproximadamente cinco veces más de lo que la compañía pueda manejar en 2017. Una fábrica en China debería en teoría aliviar parte de la tensión, mientras reduce costos y tiempos de espera del cliente.
El acuerdo sería el primero de este tipo para un fabricante de automóviles extranjero, pero probablemente no le permita a Tesla evitar un arancel de importación del 25%, habitual en el país aún con socios locales.