Los plazos de pago de las empresas registraron en 2019, último ejercicio del que hay datos completos, una mejoría de cuatro días hasta situarse en los 88 días, de acuerdo con el seguimiento sobre los plazos de pago en la empresa española realizado por Iberinform. Se trata del mejor dato de la serie histórica. Esta nueva reducción responde al entorno de tipos bajos, que facilitó en el último ejercicio el acceso a la financiación bancaria, y a la mayor diligencia a la hora de considerar una venta en mora tras su vencimiento inicial.
En 2010, la legislación sobre plazos de pagos comerciales en España impulsó la limitación a los 60 días naturales a contar desde la fecha de recepción de las mercancías. Sin embargo, de acuerdo con el Observatorio de Riesgo de Crédito que impulsan desde 2009 Iberinform y Crédito y Caución, estos se han mantenido durante la última década lejos del horizonte que trata de impulsar la legislación española y europea. Durante este periodo, los plazos de pago se han movido en una estrecha horquilla en España que va de los 88 días a los 97.
El estudio anual sobre plazos de pago elaborado utilizando la herramienta Insight View de Iberinform constituye el observatorio más ambicioso sobre este fenómeno en España, ya que se realiza a partir de los datos de 154.000 cuentas anuales. La particularidad de este estudio anual es que resuelve el principal problema metodológico para calcular los plazos de pago reales: sólo los balances presentados siguiendo los formatos Normal y Mixto, el 10% de los analizados, permite la estimación directa de plazos de pago. El estudio tiene en cuenta también los modelos Abreviado y Pymes, a través de cálculos validados por las entidades que impulsan el observatorio.
No puede trazarse una regla sencilla y directa que vincule tamaño con plazos de pago. Buena prueba de ello es la evolución de las microempresas, que presentan plazos superiores a las pequeñas empresas. Al analizar los plazos de pago teniendo en cuenta el tamaño de las empresas, la mediana empresa es el único segmento que registra un empeoramiento hasta los 92 días. Los plazos en la gran empresa registran una intensa caída, pero se sitúan todavía por encima de los 100 días.
Ninguno de los sectores productivos logra situarse por debajo de los 60 días. El mejor comportamiento se registra en el sector servicios (82 días). La industria española trabaja con unos plazos medios de 90 días. Los plazos más amplios se dan en construcción (94 días) y el sector primario (106).
Por comunidades autónomas, la evolución del comportamiento en pagos depende de diversos condicionantes entre los que cabe citar, principalmente, dos: los matices en la cultura de pagos o la composición sectorial. La horquilla supone 25 días adicionales de crédito comercial. Baleares, Navarra, Aragón, Cantabria y Cataluña presentan los plazos de pago más reducidos de todo el Estado. En el otro extremo se sitúan Extremadura, Andalucía, Murcia, Madrid y Castilla-La Mancha. Ninguna Comunidad Autónoma se sitúa por encima de los 100 días. La mejoría de los plazos de pago se produce en todas ellas salvo en Cantabria.