La inflación acumulada y la tributación sobre los premios superiores a 40.000 euros han limitado el impacto del sorteo. Aunque es hora de destapar alguno de los grandes mitos que hay alrededor del sorteo, como la máxima “Ganar el Gordo te soluciona la vida”. Un ‘empujoncito’ te da, de eso no cabe duda, pero a medida que pasan los años, el impulso es menor.
La inflación acumulada y la tributación sobre los premios superiores a 40.000 euros han limitado el impacto del sorteo
El primer premio está valorado en 400.000 euros, el segundo se recompensa con 125.000 euros y el tercero es de 50.000 euros, desde 2011, último año en el que se incrementaron. Lo cierto es que, desde hace 13 años han perdido gran parte de su valor.
En primer lugar, porque hasta 2013 estaban exentos de tributación, mientras que actualmente están gravados con un 20% a partir de 40.000 euros. Pero el enemigo real es la inflación acumulada, que ronda el 27%. Si se considera esta referencia, el primer premio debería valer 508.500 euros, aunque si añadimos los impuestos, podría superar los 625.000 euros.
¿Cuántas probabilidades hay de que toque?
Que te toque la lotería no es fácil. Por mucho que se busque, la suerte no siempre está con nosotros. Colas interminables en Doña Manolita, décimos que se compran en los destinos vacacionales... Cualquier intento es bueno, pero no hace más probable que caiga el décimo agraciado.
Según Newtral, hay un 84,7% de probabilidades de perder lo apostado, un 10% de recuperar lo gastado y un 5,3% de ganar algún premio. Algunos expertos, además, señalan que solo se reparte el 70% de lo apostado, ya que el 30% restante se lo queda el Estado. Es decir, si algún ciudadano pudiente decidiera comprar todos los décimos emitidos, solo recuperaría el 70% de su dinero.
Si hablamos de probabilidad, de las 100.000 bolas que hay en el bombo, solo una vale 400.000 euros. Así es que la probabilidad de ganarlo es del 0,001%. Es más probable, si vas al Santiago Bernabéu, que te llegue un balón lanzado a la grada.
Por cierto, un último apunte probabilístico, es bonito cogerle cariño a un número, pero jugar siempre el mismo décimo no implica que sea más probable que toque. Cada año el sorteo es independiente del anterior.