El gigante tecnológico nipón Toshiba, vuelve a retrasar la presentación de sus resultados financieros de abril-diciembre de 2016 hasta el 11 de abril. Tras la noticia las acciones han reaccionado con caídas de un 8%.
Los inversores respondieron con escepticismo tras desvelarse que Toshiba habría dicho a sus principales acreedores que no está en condiciones de cerrar sus cuentas, dado que Westinghouse, la rama nuclear estadounidense cuya devaluación ha impactado duramente en la matriz, está considerando declararse en quiebra.
La empresa nipona quiere realizar una investigación más detallada en torno a su devaluada rama nuclear y determinar si hubo presiones por parte de directivos de esa unidad a la hora de fijar el precio por el que Toshiba la compró a finales de 2015.
Toshiba explica que, tras analizar los correos electrónicos y testimonios de los implicados, todavía no está en condiciones de cerrar la investigación. Necesitará "cuatro semanas adicionales para completarla".
Este movimiento añade presión sobre la corporación japonesa, que de no aceptarse un nuevo retraso, podría ser relegada a la segunda sección del parqué tokiota, donde operan compañías más pequeñas o con menos volumen de negocio.