Las SPAC son ahora el vehículo de inversión “estrella” de las salidas a bolsa y la protección al medioambiente con los criterios ESG como condicionantes del mercado las ruedas de estos “coches”. Pero ¿cómo casan ambos conceptos? ¿qué nos dicen los datos?
Escucha la historia completa en este podcast de Mercado Abierto:
Desde marzo de 2020 las empresas ligadas al medioambiente han recaudado más de 120.000 millones de dólares en los mercados
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SPAC y empresas ligadas al medioambiente, las energías renovables, etc. Fueron dos de las palabras (y conceptos) que “enamoraron” al mercado durante aquel periodo “pandémico” que todavía ataca al mercado. Pero que me dicen si, como de una receta secreta se tratase, combináramos los dos conceptos. Podríamos decir que la rentabilidad de estas inversiones “gourmet” se dispararía…
Pues sí, pero no. Durante un tiempo ha sido así, pero ya nos lo decían los Serrano, uno más uno, a veces no son dos… sino siete. Una cuenta algo “tramposa” que ataca ahora al mercado de las denominadas “SPAC ecológicas” que ya no son aquellas jóvenes inversiones que hacían las delicias del mercado.
Las razones del "desplome"
¿Por qué? Es lo que vamos a intentar descifrar.
Las SPAC, o empresa de adquisición con fines especiales, lo recordamos, son compañías “fantasma” que cotizan en los mercados con la única intención de promover la salida a bolsa de negocios que quieran ser parte de la bolsa.
En realidad, lo que hacen, por simplificar, es recaudar dinero de los inversores para poder comprar una empresa privada y, posteriormente, sacarla a bolsa.
Energías renovables, vehículos eléctricos y otros muchos negocios ligados a la ecología recaudaron en el último año, desde marzo de 2020, más de 120.000 millones de dólares del mercado.
Durante años, es verdad, estos acuerdos han dado sus frutos. Desde 2016, los acuerdos de fusión mediante SPAC centrados en el medioambiente, estas “SPAC ecológicas” como les hemos llamado, han completado sus adquisiciones superando a las SPAC ligadas a otros sectores, según los últimos datos analizados aquí en Mercado Abierto en base a los números de SPAC Research.
En los 90 días posteriores al cierre de los acuerdos las SPAC ecológicas registraron unas ganancias medias sobre el precio de las acciones de algo más del 10% mientras que las del resto cayeron un 3%.
Llegó el revés
Pero estas cifras están ahora dándose la vuelta. Desde finales del ejercicio pasado, estas acciones de las “SPAC ecológicas” que han anunciado los acuerdos, pero (atención) no han terminado cerrando sus pactos, han caído un 24% mientras que las acciones del resto han recortado apenas un 9%.
¿Y a qué se debe este repentino rechazo? Las causas con varias, pero podemos concretarlas en que hay mucho dinero en el mercado detrás de “muy pocas buenas” empresas.
Y aquí está el problema: las SPAC tienen que hacer negocio sí o sí ya que si no gastan el dinero de los inversores en los dos años posteriores a la compra, la mayoría de estos acuerdos obliga a las empresas a devolver el dinero.
Y aquí es donde tienen el problemas las “SPAC ecológicas”. Son ideas (en ppio.) muy buenas, con grandes ambiciones, pero con pocos ingresos ya que en dos años, tal y como requieren los contratos, se les hace “muy complicado” poder materializar las inversiones y, mucho menos, reportar el beneficio que esperan a los accionistas.
El problema de la "transparencia"
Y luego está la dicotomía: invertir en base a criterios ESG responde a una construcción social ligada a la transparencia y las SPAC son de todo, menos transparentes.
Esta es la teoría, pero ya estamos viendo efectos en la práctica. El fabricante de vehículos eléctricos, Lordstown Motors, empresa estrenada en el parqué mediante SPAC hace apenas unos meses (en octubre) que no tiene dinero para comenzar su producción.
Además, otra noticia que ha pasado más desapercibida, pero que tiene relación con el tema que estamos tratando este viernes, es que ha despedido a dos de sus altos ejecutivos por irregularidades en sus informes corporativas. ¿Y qué ha pasado? Sus acciones se han desplomado dos tercios desde sus máximos, justo el día de su salida a bolsa.
Otra de estas, Nikola, fabricante de cambios eléctricos, también ha comunicado una investigación contra ellos de la Comisión de Bolsa y Valores de Estados Unidos (SEC) por falsedad documental.
Quedan ahora en el aire un gran número de negocios “verdes” y “no verdes” que con las SPAC como telón de fondo buscan su sitio en la bolsa. ¿El problema? Que los inversores cada vez confían menos en negocios amenazados por el oscurantismo de unos mecanismos que llevan meses tambaleando en los mercados.