Cada vez son más los internautas que evitan la recopilación de datos y buscan enmascarar su presencia en línea. Sin embargo, esta tendencia supone una amenaza para empresas que viven del Big Data, como Facebook y Google.
Esta amenaza tiene nombre y apellidos: se trata de la llamada red oscura (en inglés llamada darknet o deep web), un conjunto de sitios web encriptados que utilizan la World Wide Web pero que requieren de programas o autorizaciones especiales para acceder a ellos. Se calcula que en esta red se alojan unas 7.000 páginas web y supone el nido perfecto para todos los usuarios que quieren moverse por Internet de forma anónima y no accesible para los buscadores tradicionales.
La red oscura siempre se ha asociado a actividades ilegales como el tráfico de armas o drogas, pero su auge actual no tiene nada que ver con ese tipo de actividad, sino con el hecho de que cada vez hay más usuarios concienciados con el rastro de datos que dejan y quieren minimizar sus huellas digitales. De hecho, el 86% de los usuarios adultos toma medidas para ser más anónimos en la web. Y el aumento de este tipo de usuarios es uno de los factores que podría socavar el crecimiento de gigantes tecnológicas como Facebook o Google.
Ambas compañías luchan por ganarse la atención de las empresas publicitarias y aumentar sus ingresos. De hecho, se espera que entre las dos controlen el 50% del mercado de publicidad digital en 2018. Y para conseguirlo utilizan los datos recopilados de sus usuarios. Porque gracias a esos datos, tanto Google como Facebook son capaces de personalizar sus anuncios en función de cada usuario, un gran atractivo para las empresas que se anuncian en estas plataformas, puesto que acceden de forma más directa a su público objetivo o al público que puede estar más interesado en sus productos o servicios.
Por tanto, la red oscura supone la nueva amenaza del Big Data.