Menos de tres semanas ha tardado el Gobierno en “recular” o, al menos, “renegociar” con las eléctricas el “decreto Ribera” con el que el Ejecutivo pretendía rebajar la factura de la luz a costa, en esencia, de los beneficios extraordinarios que recibían las eléctricas por los altos precios del mercado del gas.
Escucha la historia completa en este podcast de Mercado Abierto:
Menos de tres semanas ha tardado el Gobierno en “recular” o, al menos, “renegociar” con las eléctricas el “decreto Ribera”
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Todo empezó en junio cuando se “inició” la transición energética verde en España. Pero ya nos avisaban, esto no sería “sencillo”.
Han pasado solo 15 días. No más. Dos semanas. Un tiempo en el que el Gobierno ha reflexionado y no parece haber sacado nada en claro. Porque se negocia un cambio de ley, mientras en público se dice lo contrario
Porque, de momento, la factura de este año está un 30% más alta que la media del 2018 y nos queda mes y medio para la Nochevieja, las campanadas y que cerremos el libro de estos últimos 365 días en los que pagamos, según la OCU, un 25% más que el año pasado.
Para atajar este “problema” y ante la escalada sin precedentes de los precios del gas (en máximos históricos en los 107 euros el megavatio hora) o también los repuntes del petróleo hacia cotas no registradas durante los últimos 7 años, el Ejecutivo de Pedro Sánchez dio un golpe sobre la mesa.
En su día, ya asumían que Iberdrola, Endesa o Naturgy, las tres más afectadas por el “rejonazo” recurrirían ante los tribunales el paquete que intentó blindar jurídicamente todas estas medidas.
Desde Bank of America esta misma tarde estiman que los hogares europeos se enfrentan ahora a dos años consecutivos de subidas de las facturas de gas y electricidad de entre el 15 y el 30%. Además, vaticinan que persistirá el riesgo político agudo en los servicios públicos, y especialmente en el sur de Europa, donde hay un mayor historial de intervencionismo gubernamental.
Existía ya entonces un precedente al que todos miraban de reojo: el de los laudos por las primas a las renovables abiertos desde la época de José Manuel Soria y en los que aún el Estado se juega 9.000 millones de euros, según cálculos oficiales del propio Ejecutivo, en arbitrajes internacionales.
El Gobierno español ha querido ser pionero en Europa a la hora de legislar sobre la materia. Pero bien no le ha salido.
Inestabilidad
Esta es la palabra que envuelve a todo el problema desde que comenzáramos a escuchar aquello de que el Gobierno quería “cortar el grifo” a las eléctricas que, decían, ganan demasiado a costa del consumidor.
Las medidas que afectan a las eléctricas eran y son cuatro: las subastas de compra de energía a largo plazo; la reducción de la sobrerretribución, en la que se establece un precio fijo para el gas de 20 euro por megavatio hora; la fijación de un precio tope para el gas, que no será público; y la obligatoriedad de mantener unos caudales mínimos y máximos en los embalses.
Ahora esto puede que cambie de un día para otro. En la sede del Ministerio para la Transición Ecológica en Madrid están hoy que no paran. El precio medio del mercado mayorista está en métricas nunca vistas: 288,53 euros el megavatio hora, un 5% más que hace ahora una semana y casi un 27% respecto a esta misma hora, ayer mismo.
Fuera no están mejor. Este jueves en Alemania, Países Bajos o Bélgica están por encima de los 300 euros el megavatio hora. Una crisis energética en toda regla que raya la emergencia nacional y podría obligar a Europa a intervenir los mercados, según cuenta CincoDías. Y esto, por las presiones de países como el nuestro o Francia, parece que se está ya negociando en Europa.
Las compras de gas (lo que está encareciendo de verdad la factura), como ha pasado en los últimos meses con los coronabonos o las vacunas parece que dejarán de ser una cuestión nacional para pasar a ser un tema de debate en las instituciones comunitarias.
La ministra Ribera se ha reunido hoy con José Bogas, el consejero delegado de Endesa, lo hará con el presidente de Iberdrola, Ignacio Sánchez Galán y el presidente de Naturgy, Francisco Reynés, acudirá el próximo miércoles. ¿La intención? Buscar soluciones al problema.
Arriba y abajo
Pero el mercado es positivo y confía. ¿En qué? En que el Gobierno cambie de parecer y decida dar marcha atrás a sus propias medidas. Durante lo que llevamos de jornada Acciona sube cerca de un 2%; Iberdrola, más de un 3%, y Endesa, un 5%.
Así las cosas, el rebote de la sesión de este jueves, en todo caso, es insuficiente para borrar las pérdidas que sufre el sector en lo que va de año. Endesa e Iberdrola caen un 20%.
Órdago de las nucleares
¿Entre las razones? la energía nuclear. Recuerden, las eléctricas, en cuanto supieron que caerían sus ingresos amenazaron con paralizar todas sus centrales.
Así las cosas el órdago ha durado, como se suele decir, un “asalto”. El Gobierno hoy les ha respondido (dan una de cal [se reúnen] y otra de arena]) renovando la licencia de operación que tenía la central de Ascó, en Tarragona.
Esa licencia conlleva la obligatoriedad de mantenerla en funcionamiento durante una serie de años. Si no, las empresas se exponen a sanciones.
Esta central dispone de dos reactores. El número 1 está controlado íntegramente por Endesa. El número 2 está controlado en un 85% por esta compañía y en un 15% por Iberdrola.
Poco o nada queda del impacto favorable que vendió con la reforma la ministra Ribera. Lo que pasa en España será objeto de estudio en los libros de texto dentro de pocos años. De momento, hay reuniones, poco se sabe de ellas mientras la luz sigue en máximos y el reloj sigue corriendo.