España vuela puentes con Argelia. Bruselas le pide al país norteafricano que se repiense su decisión de romper el acuerdo de Amistad, Buena Vecindad y Cooperación con España porque nosotros hayamos cambiado nuestro punto de vista sobre a quién le corresponde la soberanía del Sáhara Occidental que ahora, dicen, es para Marruecos.
Pero más allá de la disputa diplomática. ¿Cuáles son los efectos reales para la economía? Gas, abonos, hierro, acero… que están quedan en el aire y 3.000 millones de euros en peligro.
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Entre energía y migrantes, el comercio las empresas españolas se enfrentan a una pérdidas que preocupan a los empresarios, aunque confían en una resolución del conflicto
Todo por el cambio de postura de España respecto de a quién le corresponden la soberanía sobre los territorios del Sáhara Occidental, excolonia española perdida en 1976 tras la marcha verde marroquí sobre el territorio y la posterior firma del Acuerdo Tripartito de Madrid por el que España interrumpió su proceso de descolonización y abandonó el territorio, sin traspasar su soberanía sobre el mismo ni su condición de potencia administradora.
Ahora cambiamos de parecer y pasamos de decir que el Sáhara debe decidir su futuro referéndum mediante a que Marruecos tiene la potestad de regir el futuro de la zona. Además, para ello insistimos en que Ceuta y Melilla, en contraposición, son españolas. Que quede claro.
Al Gobierno por esto, que algunos dicen que es porque se están recibiendo presiones extranjeras (mirando a Pegasus y Rabat), la oposición se lanza al ataque.
Argelia da marcha atrás
Tras esto Argelia se nos enfada y la puesta en escena no pudo ser más dura contra Madrid. El presidente argelino, Abdelmadjid Tebboune, se reunió con su Consejo Supremo de Seguridad, estos son, los que mandan en el país junto al mando de las fuerzas armadas y el ministro de Defensa.
Y al poco decía que suspendía, por primera vez en 20 años, el tratado de amistad, buena vecindad y cooperación con España. Italia se frotaba las manos.
Porque nos dice que no nos quiere perjudicar, nos lo dice hoy en una entrevista con La Vanguardia el embajador de Roma para nuestro país, Riccardo Guariglia, pero su presidente, Mario Draghi se iba así hace unos meses de “luna de miel”, ENI (la principal energética del país) mediante, con Argel y que si ellos iba a verse obligados a ser el nuevo socio de Argelia en Europa para traernos el gas, que no se iban a negar.
En cualquier caso, lo de Argelia preocupa y tanto que hoy Bruselas ha dicho, en voz del portavoz de la Comisión Europea, Eric Mamer que Argelia se debería pensar lo que ha hecho. Que romper el acuerdo con España no es positivo y que no estaría de más que Tebboune diera “marcha atrás”.
3.000M€ en liza
Así las cosas, concretamente, ¿qué supone para nosotros la ruptura de este acuerdo? Porque al principio Argelia nos dijo que esto sería cosa de política y que la economía no se iba a ver afectada, pero ya les avanzo que esto no va a ser así.
De momento, la banca congela las domiciliaciones bancarias en todas las operaciones de comercio exterior de productos con origen y destino en España. ¿Las consecuencias? Impredecibles.
La congelación no afecta por ahora al cumplimiento de contratos de suministro energético, pero el deterioro es creciente. Y por la energía queda el otro gran problema.
Aunque Francisco Reynés, presidente de Naturgy, hace unos meses decía que lo que está pasando ahora fuera improbable. El caso es que esta energética es clave en todo este lío porque a pesar de que el suministro, nos dicen, se mantiene estable, no se descartan problemas en los próximos meses.
Sonatrach, la empresa argelina que nos da el gas, tiene firmado un contrato con la de Reynés de larga duración, concretamente hasta 2032 y se fían de que Argel cumpla porque, insisten, son socios “fiables”.
Teniendo esto claro, la que toma importancia es otra de las aristas del caso. Argelia y Naturgy están en este momento inmersos en la negociación de los precios para el período 2022-2024, que tendrá carácter retroactivo y ya todos esperan que Sonatrach aquí apriete las tuercas a la española.
Un dato relevante: Argelia es, en este momento, el segundo mayor suministrador de gas a España por detrás de Estados Unidos. En concreto aporta casi el 24%.
Luego, otro asunto inflamable es el de la inmigración regular. Por esto el Gobierno teme un aumento de la llegada de pateras a nuestras costas. Ayer, de momento, arribaron una a Murcia y otra en Mallorca en la que murieron cuatro personas, entre ellas un niño.
Entre energía y migrantes, el comercio. Las relaciones entre Argelia y España el año pasado, nos dice el ICEX, generaron unos 3.3480 millones de euros, un 25% menos que en 2020, pero que hacen de Argel uno de los principales socios comerciales fuera de la Unión Europea.
Del total de los intercambios comerciales entre ambos países, 1.111 millones corresponden a las exportaciones españolas y los otros 2.237 millones a las importaciones que efectúa nuestro país desde Argelia.
España importa, sobre todo, combustibles y aceites minerales. El 91% del comercio hacia nuestro país es esto.
Nosotros, por si esto no fuera demasiada tensión, ahora decimos que puede que llevemos a Argelia a los tribunales de la Unión Europea por vulnerar el acuerdo de asociación con la Comunidad Europea firmado en 2005.
De momento la sangre no ha llegado al río. Ni parece que lo vaya a hacer en los próximos meses, pero los peligros existen y las relaciones no están pasando por su mejor momento aunque el divorcio, todavía, está a lo lejos. Con Ucrania de fondo, lo que toca es esperar.