Con 40 casinos en apenas 28 kilómetros cuadrados, esto es, apenas un barrio de una ciudad como Madrid, Macao es la meca del juego en Asia y también la isla que trae de cabeza a empresas del juego de todo el mundo por la nueva regulación que preparan. ¿Qué implica? ¿Por qué han acogido tan mal las cotizadas estas noticias?
Escucha la historia completa en este podcast de Mercado Abierto:
Las Vegas Sands, Wynn Resorts, Sands China, Wynn China... las firmas pierden en bolsa más de 17.000 millones por la nueva legislación del juego en el territorio autonómo
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Macao, hermana pequeña de Hong Kong, es una ciudad plagada de luces de neón y casinos. Estuvo bajo control portugués más de cuatro siglos y fue la primera y última colonia occidental en China.
Desde su regreso a manos de Pekín en 1999 , la ciudad ha protegido su pasado colonial mientras se convertía en “Las Vegas de China”.
Hoy Macao es el único lugar del país donde son legales los casinos, tiene uno de los mayores PIB per cápita del mundo y forma parte de una de las regiones económicas más dinámicas de Asia.
Así lo demuestran el influjo de capital extranjero para construir espectaculares casinos y hacer de su territorio el mayor centro de neones de la cosa asiática. Además, la inversión china en infraestructuras, han convertido a la región en la que está Macao en una zona puntera a nivel financiero y comercial. Pero todo esto está a punto de cambiar.
Cambian las reglas
La Dirección de Inspección y Coordinación del Juego de Macao, territorio semiautónomo en el sur de China, anunciaba este martes a última hora la apertura de consultas a la sociedad, es decir, un referéndum, de una enmienda a la ley que regula los juegos de azar en la región, según informan varios medios locales chinos como el afín Gobiern, South China Morning Post.
Según un informe de las autoridades macaenses, el juego y sus actividades relacionadas representaron en 2018 el 50,5% de su PIB, más de la mitad de la riqueza que produce la excolonia en todo un año.
Pese a que la Dirección del Juego reconoce en su comunicado que el sector "tiene un claro efecto impulsor positivo en la sociedad y la economía", también resalta "es insuficiente". Con la nueva enmienda se limitaría el poder de las empresas y del Ejecutivo para emitir licencias así como acortar las vigencias de las que ya están en uso.
Según la enmienda, estas empresas deberán emprender, aparte de su actividad principal, proyectos no relacionados con los juegos de azar como parte de su responsabilidad social corporativa y, claro, esto no está gustando a las empresas que ven ahora que además de tener más limitaciones tendrán que aumentar el gasto en cosas que ni le van ni le vienen.
Por eso ahora sonidos como el de las máquinas tragaperras o el de las ruletas no dejarán de sonar, pero sí que limitará su presencia en el día a día macaense.
El negocio del juego en estas “Vegas de Asia” no es solo el que deriva de las plazas de juego, de los casinos. También de la red de intermediarios (“junkets”) que adelantan el dinero a los casinos cuando llegan a Macao y les organizan partidas privadas en salas alquiladas a los casinos, donde las apuestas mínimas empiezan por 100.000 dólares de Hong Kong (11.500 euros) y cada noche se juegan auténticas fortunas entre densas nubes de humo.
En todo esto la banca, como saben, siempre gana, pero presiona al Gobierno para que dejen de lado una economía dicen, del lujo y el juego, para pasar a ser un nuevo destino turístico familiar en la zona.
Pequeña, pero pesada
Por su tamaño, la importancia de Macao en China debería ser casi nula. Sus casi 700.000 habitantes son una gota en el océano de los 1.400 millones de ciudadanos chinos, pero su importancia comercial y estratégica es clave para el Gobierno de XI Jinping.
Por eso, tras las tecnológicas y haber acabado también con el negocio de la educación, el Ejecutivo Comunista de Pekín ha decidido emprender su particular guerra contra el juego, porque, dicen, las cosas no pueden seguir como están ahora. Siempre, apuntan, en defensa de una ciudadanía que, por el momento, ni se ha quejado.
Quienes sí se molestan, aunque sea en silencio, pese a los gritos de sus cotizaciones superan cualquier decibelio, son las empresa expuestas a su mercado.
Pérdidas de más de 17.000M
Solo durante las últimas horas de negociación de los parqués asiáticos, en Hong Kong, de este miércoles, las acciones de las firmas con exposición al juego en Macao han perdido hasta 17.000 millones de dólares de capitalización. Y su desempeño en los mercados ha disminuido un 45% mientras que en Nueva York los ceses han sido del 23%.
Sands China, la subsidiaria de Macao en Las Vegas Sands… la firma del difunto magnate del juego Sheldon Adelson, ya saben, el de Eurovegas, ha caído un 33%, unas métricas nunca antes vistas. Wynn Macau, MGM China y Galaxy Entertainment Group ceden, al menos, un 20%. En el caso de Wynn Macau pierde en el último año más de un 50% del valor, según los datos que hemos consultado de Refinitiv, y la acción de cerrar ayer sobre los 9 dólares, hoy ha abierto por debajo de los seis.
Así las cosas, Sands China, el operador de The Venetian Macau y The Parisian Macau, ha sido el que más ha perdido sobre el Hang Seng, y desde rozar ayer los 25 dólares hoy ha caído hasta rozar los 17 dólares/título.
En Wall Street este miércoles sobre el S&P500 perdían tanto Las Vegas Sands como Wynn Resorts más de un 10%. Caían ambos valores en la apertura más de un 10% después de que Las Vegas Sands haya recortado su valor desde los 66,20 dólares de máximos hasta los casi 39 que cotiza hoy mientras que Wynn Resort ha perdido en un año más de un 18% de capitalización. El título llegó a razonar hace ahora un año los 138, ahora está en los 93. En ambos valores, la volatilidad, pese a todo, no excede la media.
Sin embargo, los malos augurios vienen de lejos, JPMorgan recortó hace semanas sus calificaciones de seis operadores de casinos a "neutral" o "vender", revirtiendo su llamada de "sobreponderación" refiriéndose a varias dudas de los inversores sobre las perspectivas de la industria en todo este entorno.
La pandemia de la COVID-19 y las estrictas restricciones aplicadas en sus fronteras afectaron al negocio del juego, causando en 2020 una caída del 79% en los ingresos de los casinos. Ante ello Macao se prepara para salir del bache con “alternativas” que “atacan” a unas empresas que, de momento, se hunden en bolsa.