En primer lugar, tenemos a aquellos jefes para los cuales la principal motivación es la afiliativa, que les quieran, que les amen. Aquellos que estén en esta categoría, están abocados al desastre, porque intentarán contentar a todo el mundo.
En segundo lugar, tenemos a aquellos jefes que han llegado nuevos al puesto, han heredado un equipo y están replicando conductas exitosas del pasado. Aquellos que se encuentran en esta categoría deben ver si son aplicables en el nuevo entorno aquellas que le funcionaron en el anterior.
En tercer y último lugar, están aquellos jefes que tratan y gestionan a todo el mundo de la misma manera. Hay quien necesita más dirección y quien necesita más autonomía. Hay que comprender que hay que tratar a cada persona de forma diferente para que todos se sientan tratados por igual.
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