MADRID (Reuters) - El grupo bancario CaixaBank ha anunciado la venta de su histórica participación en la petrolera Repsol, rompiendo una alianza de más de 20 años en una operación que impactará negativamente en las cuentas del banco en el tercer trimestre.
CaixaBank controlaba un 9,36 por ciento del capital de la petrolera. Un 4,6 por ciento era a través de un equity swap, que liquidará inmediatamente, y el resto en acciones, que venderá poco a poco hasta el primer trimestre del año.
La operación generará unas pérdidas netas de 450 millones de euros para la entidad catalana en el tercer trimestre.
El impacto negativo se produce al tener Caixa valorada la participación en la petrolera por encima de los precios actuales, unido a que los equity swaps fueron suscritos cuando la acción de Repsol estaba mucho más baja y el grupo tendrá que abonar la diferencia a la entidad financiera que los gestiona.
En los dos últimos años, al calor entre otras cosas de la subida del precio del petróleo, los títulos de Repsol se han revalorizado sustancialmente. CaixaBank ha decidido vender para centrarse en su negocio bancario. Además de la petrolera, Caixa mantiene una participación en Telefónica del 5 por ciento del capital.
Repsol, que cerró el jueves a 16,885 euros por acción, ha subido más de un 20 por ciento en lo que va de año tras remontar un 15 por ciento en 2017.
Uno de los derivados, por 1,91 por ciento del capital, estaba suscrito para ser liquidado a 15,39 euros y el otro, por 2,7 por ciento del capital, a 15,55 euros.
El total de la participación estaba valorada en unos 2.500 millones de euros a precios de mercado.
Pese a registrar una pérdida, CaixaBank dijo que la operación tendrá un impacto prácticamente neutral en su ratio “CET1 fully-loaded y reiteró su objetivo de retorno sobre capital tangible (“RoTE”) del 9-11 por ciento en 2018.
Los dos representantes de Caixa en el consejo de administración abandonarán el consejo de la petrolera.
La salida de Caixa coincide con la paulatina venta por parte del fondo soberano de Singapur Temasek, que ha venido reduciendo su participación en el grupo hasta el 2,975 por ciento del capital que posee actualmente según los registros del regulador.
Con la venta de estos dos accionistas, Repsol ve debilitado su histórico núcleo duro, ya que cuenta únicamente con Sacyr como socio histórico con su 8,2 por ciento del capital.
Según los registros del regulador, además de la constructora están presente en el accionariado Bank of America con un 5,35 por ciento y Blackrock con un 4,98 por ciento.