Este plan centra su foco en la producción de energía y en la automoción. En este capítulo, la propuesta del Gobierno Balear es todavía más ambiciosa en una clara apuesta por la movilidad eléctrica. El objetivo que persigue el Govern es que todo el parque de coches, motos y furgonetas del archipiélago sea eléctrico en 2050.
Para ello en el citado anteproyecto de ley marca dos fechas claves 2025 y 2035. En la primera prohibirá la venta, matriculación y entrada de vehículos diésel y en la segunda llevará a cabo el mismo planteamiento para los equipados con motor de gasolina.
También desde 2020, las flotas de vehículos de alquiler deberán incorporar vehículos eléctricos en una proporción que irá desde un 2 % ese año, al cien por cien en 2035. A partir de 2025 no podrán contar con coches con motor de diésel.
La influencia que esta medida pueda tener sobre un sector clave las islas baleares como es el del turismo no está claro, ya que la prohibición de la entrada de vehículos, en gran medida provenientes de turistas, deberá ser complementado con medidas de mejora en el transporte público.
En contra de lo que sucede con otras medidas medioambientales, como la acordada por el ayuntamiento de París, esta medida no afectará a las motocicletas, turismos y furgonetas de diésel y gasolina que ya circulan en el archipiélago, y que podrán estar activos hasta el final de su vida útil y también se podrán seguir vendiendo y comprando los de segunda mano, siempre y cuando estén matriculados en las Islas Baleares.
La medida de la capital de Francia es mucho más restrictiva ya que propone prohibir en vez de la llegada de nuevos vehículos, la circulación de cualquier modelo diésel en 2024 y de gasolina en 2030.
Según La presidenta de las Islas Baleares, Francina Armengol “con esta iniciativa legislativa, pionera en el estado Español, las baleares pasarán a ser un territorio sostenible y un paradigma en la conservación del medio ambiente a nivel internacional, que se situará a la vanguardia de Europa"