El sueño del Galaxy Note 7, al final se está convirtiendo en una pesadilla para la compañía de Samsung. A principios de septiembre, la compañía surcoreana retiraba del mercado su gran apuesta para 2016 por el incendio de 35 de sus dispositivos.
Para Samsung, esta revisión no tiene precedentes y supone un duro golpe a su reputación. Unos 2,5 millones de estos dispositivos que se han vendido en todo el mundo necesitan ser retirados del mercado, según la empresa. Algunos analistas dicen que la retirada podría costar a Samsung casi 5.000 millones de dólares.
Un proceso que se está llevando a cabo con lentitud y que ha puesto sobre aviso a las autoridades aéreas. Según ha podido saber Capital Radio en un vuelo de Air France de este pasado martes, el comandante del vuelo París-Madrid pidió a los pasajeros que si vuelan con un Galaxy Note 7, “por favor lo apaguen por los recientes casos de explosión de sus baterías, para mantener la seguridad a bordo del avión”. Añadió además “el modo avión está prohibido para este dispositivo en concreto”.
Precisamente, Samsung comienza esta semana marcando mínimos de dos meses. La surcoreana sigue trabajando en reponer todos los dispositivos dañados por unos con una batería segura.