Por ahora "solo hemos visto las señales, pero si continúa el parón de las inversiones y la creciente incertidumbre se podría notar una desaceleración significativa", alerta Carbó. Al cambio de sede social de las empresas le seguirían otras consecuencias, como las reducción de plantilla o de horas trabajadas, lo que conllevaría a su vez una reducción en la cartera de pedidos y una mayor desconfianza.
El investigador de Funcas reconoce que el turismo es uno de los primeros sectores afectados por la tensión política y la incertidumbre sobre Cataluña y pide volver a una senda que nos permita apuntalar la primera industria del país.
Esta inquietud sobre lo que pueda pasar con la economía nacional y catalana contrasta con el pujante crecimiento que ayer destacaba el FMI. Carbó alerta que es crucial no perder el impulso actual y evitar entrar en un proceso desaceleración como ha ocurrido en otros momentos de la historia.