Tierras raras es un concepto que en las últimas horas hemos escuchado repetidas veces, sobre todo desde que Donald Trump certificase el interés de Estados Unidos en adquirir Groenlandia, ya sea a través de una compra o de un tratado de asociacionismo entre ambas naciones, siempre que la isla se independice de la corona danesa. El objetivo yankee es ganar terreno en un mercado que domina China, que tiene en su poder más del 80% de las tierras raras del planeta. Entretanto, Rusia no quiere perder influencia en el Ártico. Con estos ingredientes, el conflicto está servido.

Groenlandia: Rusia, China y EEUU luchan por las tierras raras

El interés de Donald Trump en Groenlandia enciende las alarmas en un mercado que domina China y anhela la Rusia de Putin

¿Qué son las tierras raras?

Las tierras raras son un grupo de diecisiete elementos químicos que se encuentran en la corteza terrestre. Comparten propiedades químicas similares y se utilizan en una amplia variedad de productos tecnológicos modernos. Aunque no son tan raras, ya que son elementos relativamente abundantes en la tierra, su importancia reside en que son claves para la fabricación de imanes permanentes, utilizados en motores eléctricos o turbinas eólicas, así como para hacer pantallas, baterías recargables, catalizadores o láseres.

Dominar este mercado se torna esencial para monopolizar la industria del futuro. Por ello, las grandes potencias económicas pugnan por gobernar los terrenos más fértiles en este sentido.