El ministerio de Relaciones Exteriores de Brasil, que ostenta la presidencia rotatoria de los BRICS, ha informado del ingreso como miembro permanente de Indonesia en el bloque de economías emergentes que encabezan Brasil, Rusia, India, China y Sudáfrica.

El pasado octubre Yakarta oficializaba unirse al grupo tras la formación del nuevo Gobierno. “Como la mayor economía y el país con mayor población en el Sudeste Asiático, Indonesia comparte con otros miembros de los BRICS el apoyo a la reforma de las instituciones de gobernanza global y contribuye a la expansión de la cooperación del Sur Global”, dicta el comunicado que ha emitido el Gobierno de Lula da Silva.

El nuevo fichaje de los BRICS para acabar con el dólar

Indonesia entra a formar parte del bloque de potencias emergentes en su intento de ganar peso con respecto a la economía estadounidense

Un plan para plantar cara al G7

Los ciclos económicos y los mercados financieros cada vez dependen menos del sistema monetario que domina Estados Unidos. O eso dice la teoría, porque en la práctica, Wall Street supone el 60% de las bolsas mundiales.

Pero lo cierto es que la economía yankee supone el 30% de la global. En este sentido, la hegemonía occidental está amenazada por coaliciones de países emergentes cada vez más influyentes.

Los BRICS representan el 45% de la población mundial y el 31,5% del PIB, ligeramente por encima de Estados Unidos, pero lejos aún del 43% que corresponde al G7.

Eso sí, en favor de los pujantes emergentes está el reparto poblacional (cuentan con muchos más habitantes) y la producción de petróleo. Ahí los BRICS duplican al bloque occidental y logran el 43%.

Otro de los grandes puntos a favor son las expectativas y el potencial, mucho mayor para las potencias emergentes. La tasa de crecimiento del PIB real es superior a la de sus homólogos. De acuerdo con Goldman Sachs, lograrán una tasa media de crecimiento entre el 189% y el 205% para 2050, cuando el G7 se quedará en el 50%.

Desde hace tiempo apuestan por el uso de monedas locales en el comercio internacional para desbancar al dólar de su pedestal. Además, han creado instituciones financieras alternativas como el Nuevo Banco de Desarrollo como contrapeso al FMI.

De cómo gestionen su expansión dependerá hasta dónde podrán llegar. Focalizarse en economías emergentes de América del Sur ofrecería al bloque la posibilidad de plantar cara al dominio estadounidense. Además de captar a otros actores globales tradicionalmente marginados como Nigeria, Turquía, Indonesia o Argelia.

Sin embargo, hay ciertos riesgos asociados. Históricamente las relaciones económicas internacionales han supuesto un saqueo de recursos naturales para América Latina y África. Además, habrá que tener en cuenta cómo se desarrollan los proyectos de financiación del Nuevo Banco de Desarrollo. Ahora bien, hay una certeza: los BRICS ya forman parte del juego.