Petróleo, oro, contrabando de combustible y tráfico de drogas. Esa es, en resumen, la radiografía de la financiación del régimen de Nicolás Maduro en Venezuela. Superan, entre las cuatro, el 20% del PIB del país en 2023. La principal fuente de ingresos sigue siendo el petróleo, a pesar del maltrado al que ha sido sometido en las últimas décadas. Sin inversión en infraestructuras, la producción ha caído hasta niveles impensables para el país con las mayores reservas de crudo del mundo. Antes del chavismo se bombeaban tres millones de barriles diarios. Ahora, el objetivo es llegar a uno.

¿Cómo se financia el régimen de Nicolás Maduro en Venezuela?

Aunque la principal fuente de ingresos sigue siendo el petróleo, la producción ha caído notablemente desde que se instauró el régimen chavista

La ventana del petróleo se cierra

El principal cliente de Venezuela es Estados Unidos, que representa el 60% de su mercado de exportaciones. Y eso que, desde el primer Gobierno de Trump, las relaciones se han tensionado sobremanera. El magnate norteamericano fue actor protagonista del proceso de máxima presión internacional sobre la Venezuela de Nicolás Maduro por las sanciones a las exportaciones de crudo.

Las multas de la Administración Trump alteraron profundamente el funcionamiento y gobernanza del sector petrolero y provocaron un incremento de la corrupción y la opacidad, el impulso del comercio de petróleo en el mercado negro, la salida de las empresas internacionales occidentales de Venezuela y una mayor influencia de Irán y Rusia.

Sin embargo, con la invasión rusa de Ucrania, la Administración Biden tuvo que replantearse su posición sobre Venezuela y adoptó un perfil más laxo. Primero, por la presión migratoria venezolana en Estados Unidos. Segundo, por la escasa efectividad de las sanciones para terminar con el régimen. Finalmente, para tratar de reducir los precios de los combustibles de cara a las elecciones presidenciales de noviembre.

En consecuencia se firmaron los Acuerdos de Barbados, que levantaban las sanciones durante seis meses desde octubre de 2023. Gracias a estos, permitieron un retorno tímido de las empresas internacionales y generaron expectativas de recuperación en el sector.

Pero en abril de 2024, las sanciones volvieron, con excepciones para algunas empresas americanas, sin que el petróleo venezolano levantase cabeza.

Ahora, con el regreso de Donald Trump, el presidente tendrá que buscar el equilibrio entre su pragmatismo político y las necesidades del país. Y es que necesita importar alrededor de 8 millones de barriles diarios para cubrir su demanda.

A los números hay que añadir que el crudo pesado, predominante en Venezuela, es idóneo para sus procesos industriales. En este sentido, el líder del Partido Conservador de Canadá, Pierre Poilievre, solicitaba este jueves bloquear las ventas de petróleo venezolano en EEUU y sustituirlas con crudo canadiense. Pero el crudo canadiense, de características similares al venezolano, es más caro de transportar. Con lo cual es improbable que Trump cierre el flujo de petróleo venezolano hacia las refinerías estadounidenses.

El peso de España en la economía venezolana

Más allá de Estados Unidos, China y España son los grandes clientes de Venezuela, con un volumen del mercado cercano al 11% cada uno de ellas. Hay 60 empresas españolas establecidas en Venezuela, según el ICEX. Destacan Repsol, Zara, Porcelanosa o Duro Felguera. El petróleo representa el 87,5% de las importaciones españolas desde el país americano, aunque Venezuela apenas aporta el 1,6% del petróleo que compramos.

La corrupción y el narcotráfico

El informe más reciente de la ONG Transparencia Venezuela destaca que hay 19 MegaBandas identificadas que operan en los barrios de las ciudades principales del país. Promovidas, financiadas y armadas a través de la creación de las eufemísticamente denominadas “Zonas de Paz”, como primera fuerza de choque o contención para la defensa del gobierno.

La ONG describe los cárteles responsables de la mayor producción y movilización de dinero proveniente del delito en el país: el “cártel del Narcotráfico” y el “cártel de la Corrupción”.

El primero moviliza a través de Venezuela cerca del 41% de la droga colombiana, casi la mitad de lo que se produce. El segundo con presencia en más de 70 países, ha extraído del erario público por distintas vías, una suma de más de 750.000 millones de dólares en los últimos 20 años.

Y es que, a medida que la producción de petróleo se ha debilitado, Maduro ha centrado esfuerzos en el narcotráfico. La última acusación de la fiscalía federal de Nueva York detalla su creciente papel en la organización. El Departamento de Estado yankee coloca el volumen anual de droga que transita por Venezuela a mediados de los 2000 en más de 250 toneladas y estima que el volumen actual puede doblarse.

Sin embargo, informes de la inteligencia colombiana apuntan a un volumen que oscila entre 250 y 350 toneladas al año con un valor de entre 6.250 millones y 8.750 millones de dólares.