Este sábado Viena vuelve a acoger un encuentro de los países productores de petróleo.
En esta ocasión los países miembros de la OPEP reciben a los países que no son miembros de la organización con la intención de que se sumen a la reducción de producción de petróleo acordada hace una semana o que acepten congelar la producción para estabilizar los precios en un mercado sobreabastecido.
Acude al encuentro Rusia, principal exportador no OPEP, y que ya se ha ofrecido a recortar la producción en 300.000 barriles de petróleo al día. Aunque no olvidemos que en noviembre Rusia marcó un récord de producción de 11,21 millones de barriles al día.
Al encuentro también acuden Kazakhstan y Azarbaijan, segundo y tercer mayor productores no OPEP tras Rusia. La oferta de Kazakhstan pasaría por congelar la producción. Al encuentro también acuden Oman, México, Sudán, Bahrain y Malasia.
Países como Irán y Venzuela consideran esencial que el recorte de producción acordado por la OPEP entre en vigor en la primera mitad del año 2017. La clave ahora es si los países no OPEP se compromete a recortar su producción en 600.000 barriles día, cantidad que se sumaría al recorte de 1,2 millones barriles día de la OPEP.
El mercado necesita ser reequilibrado. El reequilibrio del mercado requeriría decisiones valientes, de la OPEP y con el apoyo de algunos países clave de países no pertenecientes a la OPEP . El acuerdo de que la OPEP reduce aproximadamente 1,2 millones de barriles al día para elevar su techo a 32,5 millones de barriles por día, con efecto a partir del 1 de enero de 2017.
En un mercado sobreabastecido de petróleo y en el que los dos últimos años han estado caracterizados por reducción de inversiones para encontrar nuevos yacimientos ante la bajada del precio del petróleo, la consultora Wood Mckenzie ha advertido de que el gasto global destinado a exploración de petróleo y gas podría caer el próximo año por debajo de los 40.000 millones de dólares.