La Comisión Europea, el FMI y hasta el propio Gobierno español prevén una importante subida del déficit de nuestro país para este año. Según los expertos, España podría estar ya abocada a pedir el rescate. ¿Qué implica solicitar la ayuda europea?
Según los cálculos del Gobierno, la economía española caerá un 9,2% del PIB en 2020, el déficit ascenderá al 10,34% del PIB, el dato más alto desde 2012, cuando se situaba en el 10,7%. La deuda pasará el 95,5 al 115,5% del PIB.
Los cálculos de Bruselas recogen una caída del PIB para nuestro país del 9,4% este año. El déficit llegará al 10,1% y la deuda escalará hasta el 115,6%.
En Capital Radio, el profesor de economía financiera de la Universidad San Pablo CEU, Miguel Córdoba, ya ha explicado en varias ocasiones que esto obligará a España a pedir el rescate, porque no podrá financiarse en los mercados:
El profesor de economía financiera de la Universidad San Pablo CEU, Miguel Córdoba, explica por qué España tendrá que pedir el rescate
- Alberto Iturralde: Por qué estar en Repsol y en Amazon
- UPTA: "No hay seguridad de que en el futuro nos reclamen las ayudas recibidas"
En sus últimas comparecencias, la ministra de economía Nadia Calviño no ha querido hacer aclaraciones sobre este asunto. No ha aclarado si España acudirá al Mecanismo Europeo de Estabilidad (MEDE), el fondo de rescate creado en la anterior crisis financiera.
El Eurogrupo acordó finalmente un paquete de medidas económicas para movilizar hasta 550.000 millones de euros en préstamos para apoyar a Estados, empresas y trabajadores frente a la pandemia.
España por ahora ha dejado aparcada la propuesta de los coronabonos y se centra en pedir un Fondo de Reconstrucción de 1,5 billones de euros.
Pedir el temido rescate
Solicitar un rescate trae recuerdos traumáticos a algunos países. Pero ahora la Comisión Europea ha asegurado, a través de una carta firmada por los comisarios Paolo Gentiloni y Valdis Dombrovskis, que la condicionalidad de los préstamos del MEDE será “estrictamente limitada”.
Es decir, ya no habrá misiones de los temidos “hombres de negro”, para eliminar ese recuerdo de las presiones y la condicionalidad de los rescates.
Debido a la anterior crisis financiera, varios países tuvieron que acudir a Europa en busca de un rescate. Se trató de Grecia (el país que más sufrió), España, Irlanda, Portugal y Chipre.
Los rescates estaban vinculados a estrictas condiciones, que incluían duros ajustes estructurales.
El Eurogrupo pactó hace unas semanas que cada país podría solicitar al Mede hasta un 2% de su PIB para gastos sanitarios, en el sentido más amplio y flexible de la palabra, sin condicionalidad.
Por otra parte, el BCE anunció la compra de deuda pública y privada con un tope de 750.000 millones de euros hasta finales de este año. Podrá hacer compras ilimitadas de activos y también se plantea ampliar el programa tanto como sea necesario.
Y este viernes el Eurogrupo tiene pendiente acordar los detalles de la línea de crédito de 240.000 millones de euros que habilitará el MEDE para que esté listo el 1 de junio.
Es la primera pata de esa movilización de 550.000 millones acordada (no sin esfuerzo) por el Eurogrupo en abril. La segunda pata son 200.000 millones de euros en préstamos y avales a través del Banco Europeo de Inversiones (BEI).
Y quedarían 100.000 millones de euros del fondo contra el desempleo (conocido como SURE, por sus siglas en inglés) propuesto por la Comisión Europea, para sufragar Expedientes de Regulación Temporal de Empleo (ERTE).
A pesar de todas las opciones sobre la mesa, los expertos ya dan por hecho que España pedirá un rescate. La cuestión será en qué condiciones y cuánto tardará nuestra economía en recuperarse.