Las redes sociales se han convertido en la herramienta de trabajo de miles de influencers. En muchos casos son ya su principal fuente de ingresos. El motivo no es tanto su talento, sino su número de seguidores. Y es que las marcas encuentran en ellos un buen escaparate para promocionarse. Las estrategias en las que anunciantes, empresas y redes monetizan su contenido son mucho más complejas de lo que parece.
Puedes escuchar el reportaje completo en el siguiente podcast:
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La primera que hay que tener en cuenta es la barrera de los 10.000. A partir de este número de seguidores ya tenemos una atención del público suficiente que interesará a los anunciantes. Con esa cifra, quizá algún restaurante podría invitarnos a comer a cambio de unos stories, o una marca nos podría enviar productos u ofrecernos a una experiencia solo con la condición de que lo recomendemos en un post.
Pero la remuneración aumenta a medida que lo hace el número de seguidores. Si alcanzamos los 100.000, las marcas pueden llegar a pagar por un post hasta unos 1.000 dólares. Eso sí, las cifras varían muchísimo en base a un entramado bastante complejo de interacción, seguidores y algoritmos. María Pombo, con 1,6 millones de seguidores, ha llegado a cobrar más 4.000 euros por uno de ellos, pero la cifra puede alcanzar hasta los 20.000. Pero no todo es dinero. Por ejemplo, una marca nos puede amueblar el salón solo por una foto y unos vídeos temporales en los que los mencionemos.
El 'marketing de influencers', muy eficaz
Se calcula que las empresas ganan 5,20 dólares por cada uno que gastan en este tipo de promociones. Y es que cada influencer tiene un target comercial muy concreto y eso es una mina de oro para la publicidad. Tanto es así que cerca del 40% de los usuarios de Instagram afirman haber realizado una compra como resultado directo del post de un influencer.
La polémica de TikTok
El caso de la red social china ha sido polémico, porque hasta hace unos meses seguía el concepto de Instagram. Es decir, no monetizaba por el número de visualizaciones. Pero TikTok propuso a sus usuarios más populares una herramienta para que el número de visitas sí les diese un beneficio directo.
De esta forma, por moverse frente a la cámara en un único vídeo, Adison Rae se llegó a embolsar unos 60.000 dólares por un solo vídeo. El motivo, sus 65 millones de seguidores. Pero la polémica llegó cuando muchos de estos 'tiktokers' observaron que los algoritmos de la red social escondían (podemos llamarlo así) su contenido.
Sus visualizaciones cayeron y con ello, sus ingresos. Ha sido un duro golpe a la reputación de la red, porque muchos lo han considerado un ‘truco sucio’ para pagarles menos. Volviendo al caso de Addison, con solo 20 años ya se ha embolsado en un año 5 millones de dólares. Sus bailes seguramente no valgan esa cantidad, pero la atención de sus seguidores para los anunciantes, sí.
Además TikTok se ha lanzado con otra idea muy creativa: su propia moneda. Todavía no tienen nombre, pero todos podemos acceder a ella. Los seguidores pueden enviarlas a sus 'tiktokers' favoritos durante las emisiones en directo.