En este entorno de incertidumbre económica y de tipos negativos, el metal precioso puede ser un gran aliado en las carteras de inversión. A pesar de las correcciones en el último mes, la onza ronda los 1.850 dólares y el 2021 podría sentarle muy bien.
Puedes escuchar el reportaje en el siguiente podcast:
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La fiebre por el oro ya se hacía notar antes del Coronavirus. En 2019 su precio creció un 22,7% y la pandemia le sentó muy bien, porque en 2020 siguió escalando: su valor aumentó un 14,4%. llego incluso a tocar máximos históricos con la onza a 2.028 dólares.
Pero la cosa no queda ahí, porque el panorama financiero actual también podría sentarle muy bien. Unos mercados bursátiles tan volátiles y la incertidumbre del panorama económico, pendiente de las vacunas… le podrían favorecer. Además, escenarios como el que vivimos de mayor liquidez del BCE y la Fed han sido siempre positivos para el precio del oro.
En definitiva, conviene hacer un hueco al oro en nuestra cartera. ¿La cantidad? Entre el 5 y el 20 por ciento aconsejan desde Degussa. Además, el oro se ha instalado ya como una inversión fija en las carteras de fondos alternativos, mixtos e, incluso, en los fondos de pensiones.
Lo que se espera del oro en 2021
Goldman Sachs espera niveles de 2.300 dólares la onza a tres, seis y doce meses vista. Un poco menos optimista, aunque también muy buen pronóstico lanza el banco suizo UBS, que fija una horquilla para el metal dorado entre los 1600 y los 2300 dólares.