El Banco Central Europeo podría terminar con su programa de compras de bonos de 2,55 billones de euros de un solo golpe después de septiembre si la economía y la inflación siguen como hasta ahora, según ha declarado el consejero del banco, Ardo Hansson.
Los inversores comenzaron la semana pasada a adelantar sus expectativas sobre una subida de tipos y una señal de un final rápido para las compras de bonos podría reforzar más esa apuesta. El banco central ha vinculado desde hace tiempo su primer movimiento de tipos al final de su esquema de medidas no convencionales.
"Si el crecimiento y la inflación evolucionan más o menos en línea con las previsiones, sería concebible y también adecuado acabar con las compras después de septiembre", declaró el lunes Boersen Zeitung, citando al jefe del banco central de Estonia.
"Creo que podemos ir a cero (compras mensuales) de un golpe sin ningún problema", manifestó Hansson, al que los analistas señalan como uno de los posibles candidatos a sustituir el próximo año al economista jefe del BCE, Peter Praet.
El BCE ha declarado que el primer movimiento de tipos vendría después del final de la compra de bonos, una señal que los mercados interpretan en alrededor de tres a seis meses.
Las actas de la reunión de diciembre del BCE publicadas la semana pasada sugieren el creciente apetito por revisar la postura de comunicación del banco. Esto llevó al euro a apreciarse por las expectativas de que el banco inicie el camino para la retirada de los estímulos.
"Hay necesidad de actuar en nuestra comunicación", añadió Hansson. "Ahora tenemos que pensar y debatir intensamente cómo vamos a cambiar gradualmente nuestra comunicación".
La subida del euro podría preocupar a algunos porque podría lastrar el crecimiento y la inflación al encarecer las exportaciones y abaratar las importaciones, pero Hansson descartó el movimiento.
"Hasta ahora, la apreciación del euro no es una amenaza para las perspectivas de inflación y no cambia nuestra opinión", aseguró Hansson. "No habría que dramatizar eso", añadió.
Confirmó que la presión de la inflación ya estaba creciendo bajo la superficie y que mientras fuera moderada, las señales eran aún positivas.
(Reuters)