La líder de Hong Kong, Carrie Lam, ha asegurado hoy que aunque la violencia en las manifestaciones antigubernamentales ha aumentado de nuevo, su gobierno puede manejar la situación.
En los enfrentamientos violentos del domingo la policía disparó cañones de agua y ráfagas de gas como reacción a las protestas que el gobierno hongkonés considera «extremadamente violentas». Ayer justificaron sus medidas y afirmaron que los manifestantes lanzaron bombas de gasolina.
Lam se ha negado públicamente a tratar la demanda principal de los hongkoneses de establecer una investigación independiente sobre la crisis, mientras busca el diálogo con la sociedad para acabar con la crisis política en Hong Kong.
Las autoridades de Pekín esperan que las protestas terminen antes del 70 aniversario de la fundación de la República Popular China. No obstante, los manifestantes han anunciado que habrá más protestas en las próximas semanas.