España es y ha sido siempre uno de los países líderes del sector del juego. En el año 1763, se sorteó la primera edición de la Lotería Nacional, lo que la convierte en uno de los sorteos de dinero públicos con más años de historia de todo el mundo. Ya en sus inicios fue una forma que tenía el Estado de conseguir fondos, un objetivo que se ha mantenido a lo largo de los siglos hasta la actualidad.
El entusiasmo de la gente por la lotería y otros juegos de apuestas no parece haber decaído. Hoy, los españoles lo tienen más fácil que nunca para invertir parte de su dinero en rifas y quinielas que podrían cambiarles la vida. Fue en los años treinta y cuarenta cuando tuvieron lugar las primeras apuestas deportivas, para las que la llegada de Internet también supuso un antes y un después. En la actualidad, basta con descargarse una app en el móvil para apostar por tu equipo de fútbol favorito.
Pero las apuestas online van mucho más allá del deporte. En el año 2006, este tipo de actividad económica fue legalizada en España, aunque tuvieron que pasar cinco años hasta que las empresas de apuestas fueran finalmente regularizadas. Fue durante este periodo cuando las principales casas de apuestas fueron abriéndose camino en el mercado español. Cada vez más personas se divierten jugando en los casinos online y hay quien cree que podrían ser la solución definitiva a la crisis.
Un sector inagotable
Basta con repasar las cifras del último informe de la Dirección General de la Ordenación del Juego (DGOJ) para darse cuenta de que este sector está lejos de desaparecer en España. Las cantidades de participación supusieron, en el cuarto trimestre de 2018, un total de 189,46 millones de euros, es decir, un 10,74 % más que el mismo trimestre del año anterior. Por otro lado, en 2017 circularon 41.828,6 millones de euros en todo el sector según datos del Anuario del Juego.
Estas cifras también tienen en cuenta, lógicamente, las apuestas online. Es cierto que por ahora solo supone el 6 % del total, pero no es nada despreciable que el año pasado consiguiera mover 17.340 millones de euros, un 30,5 % más que en 2017. Los jugadores en línea, mayoritariamente hombres jóvenes, se contabilizan en 1,5 millones y parecen tener una especial preferencia por las apuestas deportivas (52 %), aunque también se entretienen con el casino (34 %) y el póquer (12 %).
Las apuestas: ¿una esperanza para la economía española?
Han quedado atrás los años de crisis severa en España. El Fondo Monetario Internacional prevé un crecimiento del 2,2 % en 2019, mientras que la deuda tiene una tendencia reductora desde 2014, la prima de riesgo está estable y poco a poco van creándose más puestos de trabajo. No obstante, esto no significa que la economía del país se haya recuperado del todo: más del 10 % de la población vive por debajo del umbral de pobreza y todavía hay un 30 % de desempleo juvenil.
Así pues, no le vendría mal un empujón y este podría llevar escrito el nombre del sector del juego. Los datos recogidos en el apartado anterior son una muestra del optimismo que ofrece esta industria para la economía española. Tanto es así que hay quien se atreve a predecir que, en 2024, solo los operadores de apuestas en línea conseguirán mover un total de 1.800 millones de euros, en comparación a los 678 millones de euros que movieron en 2017.
El beneplácito del Estado
Una de las razones que explicarían el auge del sector del juego es el apoyo que ha recibido por parte del Estado. Aunque costó que las empresas de apuestas fueran regularizadas en España, parece que ahora se ha entendido la importancia de ofrecerles un ambiente favorable para que puedan desarrollar su actividad económica con normalidad. Prueba de ello es la reducción del tipo tributario fijo en los casinos, que pasó del 20 % al 15 % en 2018 de acuerdo con la ley europea.
Al mismo tiempo, también se redujo el impuesto al juego online, actualmente del 20 %. Los ingresos de los operadores en línea han crecido de forma exponencial en los últimos años y parece que los políticos entienden que la economía española no puede dejarse pasar esta oportunidad. La nueva ley podría convertir España en un lugar más atractivo para las empresas de apuestas, especialmente aquellas establecidas en Gibraltar que podrían mudarse a suelo español después del Brexit.
Una mirada al futuro
Todo parece indicar que el sector del juego seguirá creciendo en España, sobre todo si sigue contando, como hasta ahora, con el apoyo del gobierno. De cumplirse esta previsión, es también de esperar que crezca el número de operadores online que ofrezcan su servicio en nuestro país. Un futuro así solo puede indicar una cosa: más competencia. Y, como lo demuestran otros sectores de la economía, un mercado más competitivo es siempre una buena noticia para los usuarios.
Para asegurarse un puesto en el liderazgo de la industria, los expertos recomiendan a los operadores españoles que inviertan en sus páginas y mejoren la experiencia de usuario. Ser mejor que el rival les asegurará la clientela y, por lo tanto, el negocio. Deberán también sobreponerse a la prohibición del anuncio de su servicio en los medios de comunicación audiovisuales durante ciertas horas y el uso de personajes públicos como imagen de su empresa.
No obstante, la mayor libertad para los jugadores y la facilidad para las empresas de invertir en la industria prevén un gran futuro para el sector, que aporta dinero a las arcas del Estado y crea empleo en todo el país. No sería de extrañar que los juegos de apuestas en España consiguiera alcanzar el mismo nivel de popularidad que en el Reino Unido, el líder indiscutible de Europa. Además, podría aprovecharse de la situación adversa que viven otros países para situarse al frente.