El presidente de la Sareb, Jaime Echegoyen, explica que "la entidad que preside logra márgenes positivos en lo que al negocio se refiere, pero los costes fijos son un lastre excesivo".
Además de tener poco capital y una elevada deuda consecuencia de la crisis del sector inmobiliario, del que proceden todos sus activos. De hecho, a causa de esa procedencia cada año la partida del pago de impuestos se lleva el grueso del margen de explotación, a lo que hay añadir los costes fijos, como el pago a comunidades de vecinos o derramas, que dado el volumen de activos son también unos costes elevados. Prácticamente descarta, además, que Sareb "necesite ser recapitalizada". Eso sí, con la mejora del sector espera también Echegoyen que mejore el balance de la entidad que preside. Ante la posibilidad de que en Italia repliquen la experiencia del llamado banco malo, Echegoyen lanza un aviso; "Italia tiene más de 600 bancos que deben ponerse de acuerdo para crear una sociedad de gestión de activos que, además, no solucionaría el problema, porque la deuda de las entidades italianas no procede solo del mercado inmobiliario".
En cuanto a un banco malo en Europa, "tendría sentido para facilitar el acceso a la liquidez a un mercado que lo tiene muy complicado", aunque será de muy difícil gestión desde el punto de vista de su organización y gobernanza.
Respecto a la banca, Echegoyen asegura que el sector bancario ha visto muy dañada su reputación, y además debe volver a situarse en el centro de la escena ciudadana porque "hemos llegado a pensar que no necesitamos al banco".