Esta tarde hablamos en el espacio semanal del Cibercotizante de José Joaquín Flechoso con Natalia Martos, CEO de Army Legal.
Natalia Martos es abogada y experta en legal tech. Fue asesora jurídica de Tuenti y, posteriormente, desarrolló su carrera profesional en Prisa y en el bufete de abogados, Pérez-Llorca. Ahora es consejera delegada de su propia compañía Army Legal.
Escucha aquí la entrevista completa en Mercado Abierto:
En una nueva entrega del Cibercotizante, José Joaquín Flechoso invita a la CEO de Army Legal, Natalia Martos, para hablar con la biometría y la privacidad digital
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La seguridad de los datos y la seguridad biométrica es de "vital importancia" en estas últimas décadas gracias al desarrollo de nuevas tecnologías de verificación de la identidad a través de, por ejemplo, la huella dactilar o la retina.
Tal y como nos apunta Martos, existen "determinadas excepciones" para que las autoridades puedan utilizar los datos biométricos para poder detectar posibles criminales.
"Identificar indiscriminadamente a la población sin que el ciudadano lo sepa es uno de los peores usos que se le puede dar a la biometría", apunta Martos.
"Depositamos la confianza en nuestros dispositivos eléctricos y le damos datos que pueden terminar siendo objeto de una filtración", apunta la consejera delegada de Army Legal a la hora de hablar sobre las nuevas formas de identificación biométrica de pagos o desbloqueo de los teléfonos.
El peligro de China
José Joaquín Flechoso ha puesto sobre la mesa el uso que algunos gobiernos como el de Pekín dan a la biometría. Por ejemplo, ha comentado, gracias a las 2850 cámaras que vigilan a 15 millones de ciudadanos de la ciudad de Chongqing.
Además, Martos ha apuntado que compañías como Amazon o IBM se han negado, en aras de la protección de la privacidad de los usuarios, a vender tecnología biométrica a países como China donde se conocer que el régimen la utiliza para controlar a la población.
Para Flechoso el problema es que una cosa es la confianza y otra cosa es la "inconsciencia" ya que, apunta: "No somos conscientes de lo que va a ocurrir cuando subimos algo a las redes sociales".