Tiffany & Co obtiene un beneficio neto de 115 millones de dólares en el segundo trimestre, un 8,8% por encima del mismo periodo del año anterior. Las ventas de la compañía también ascienden un 3% hasta los 959,7 millones desde los 931,6 millones de dólares que obtuvo entre abril y junio de 2016.
Estos resultados están por encima del consenso del mercado. La respuesta a este crecimiento se encuentra en el descenso de los costes de producción y al incremento del margen de beneficios. Aunque la venta en tiendas haya caído un 2% la compañía declaró que el incremento de la moda y joyería de diseño ha compensado este descenso.
Tiffany ha luchado por remontar sus resultados. La famosa tienda de fabricación de joyas llevaba varios trimestres consecutivos con unos resultados por debajo de lo esperado.
El problema principal con el que choca la compañía es el cambio en el modo de consumo y en la demanda de los millennials. Y es que los jóvenes cada vez gastan menos dinero en accesorios y eligen otras marcas más chic como Pandora o Alex and Ani. Lo que nos hace pensar que la imagen de los diamantes de Audrey Hepburn se ha quedado anticuada.
Tiffany’s intenta superar este cambio generacional. En febrero contrató como director artístico a Reed Krakoff. El reto era y sigue siendo renovar la imagen de la empresa. Tyffany quiere alejarse del público más mayor que compra cada vez menos y acercarse al potencial del público más juvenil. Para ello, también cambio su imagen de marca. Lady Gaga es la encargada desde principios de este año de darle un toque más fresco y rebelde a la marca. La estrategia se basa en poner un ídolo juvenil para atraer a un público diferente a sus tiendas y aumentar así sus ventas.