Odilo comenzó su andadura en 2012 lanzando aplicaciones para bibliotecas públicas en España. La primera idea era un negocio que ofreciese a las bibliotecas un servicio en la nube. Sin embargo, a partir de 2015 amplió sus servicios a otras empresas e instituciones que también querían gestionar sus contenidos de una forma parecida. Y aquí encontramos una gran variedad. Actualmente, Odilo trabaja con 2.000 centros en 35 países, entre esos centros se incluyen bibliotecas, colegios, fundaciones, incluso el Banco de España o el Congreso de Diputados. Su mayor presencia está en España y Latinoamérica, seguido de EEUU y Australia.
Ahora la compañía pone en foco sus servicios en los colegios. Y es que ¿por qué hacer que cada familia compre todos los libros en formato físico cuando se pueden obtener en la nube? Así, los alumnos pueden seguir sus lecturas al mismo ritmo que el profesor y también se puede medir su rendimiento.
El objetivo de Odilo en educación tiene dos vertientes: una, dar acceso a la cultura. La segunda, medir la comprensión lectora y mejorarla. Es decir, que los servicios en la nube también irrumpen en la educación para mejorar el rendimiento de los alumnos.