Uber ha reconocido que hace un año sufrió un ataque informático que afectó a más de 57 millones de cuentas. La compañía pagó a dos hackers 100.000 dólares para ocultar este ciberataque, que ocurrió a finales del 2016. 


El ataque tuvo como objetivo nombres, direcciones de correo electrónico y números de teléfono de usuarios y conductores. Los piratas informáticos descargaron información de 57 millones de usuarios y dentro de esta cifra están además 600.000 conductores de Estados Unidos a los que también robaron los números del carné de conducir.


El primer damnificado por el escándalo ha sido Joe Sullivan, el máximo responsable de seguridad de Uber. El directivo ha sido despedido no solo por el error, sino por haber mantenido oculto el robo.






Este tipo de ataques a empresas de tecnología han sido constantes en los últimos años. Compañías como Yahoo, Equifax o Target han sufrido robos masivos de información.


Aunque la gravedad del asunto en este caso, no se centra en el robo en sí, si no en la ocultación del suceso y en el pago a los atacantes en lugar de denunciar. Por este motivo se esperan mas bajas en el equipo de seguridad de la empresa.