Es cierto que últimamente se ha comportado razonablemente bien en Bolsa en comparación con el Ibex 35 que se deja cerca de un 10% en lo que llevamos de año, pero las dudas pueden acechar a los inversores si la compañía no mantiene la política de dividendo, según Paramés.
Además de la remuneración a los accionistas, si hablamos de Telefónica es hablar de su deuda de 42.636 millones de euros, por lo que nos preguntamos de qué tiene que desprenderse la compañía para adelgazar deuda y que el mercado confíe a largo plazo en este valor.
En la agenda de Telefónica se encuentra reducir o vender activos, en función de las oportunidades que le ofrezca el mercado.
Según los expertos consultados, todas las miradas están puestas en O2, su filial en Reino Unido, después de que Bruselas vetara la venta a Hutchison. Para otros analistas, O2 se ha convertido en un activo fuerte. De hecho, Telefónica se mantiene a la espera de conocer el resultado de las subastas de espectro en el país para poder aportar más recursos a la compañía. No obstante, a la vista está las incertidumbres sobre el Brexit, a lo que se refiere Antonio Castelo de iBroker.
También sería vendible Telxius, su filial de infraestructuras, tras la fallida colocación en el mercado de casi el 40% de su capital hace dos años. En su día el equipo gestor consideró que el mercado no valoraba adecuadamente la compañía. Finalmente, se deshacía de un 40% tras venderlo al fondo KKR.
A la hora de desinvertir, Telefónica podría mirar al otro lado del charco, en concreto vender Telefónica México. Su venta permitiría amortizar parte de la deuda ya que podría venderse en casi 2.000 millones de euros. México es una región donde nunca ha conseguido tener una posición en el mercado lo suficientemente importante para ser rentable, según Nicolás López, de MG Valores.
Algunos analistas se preguntan si la compañía seguirá adelante con pequeñas desinversiones como ha hecho hasta ahora. Hace unas dos semanas, la compañía vendía su compañía de seguros personales Antares a la aseguradora Catalana Occidente por 161 millones de euros. Las transacción va a generar unas plusvalías de unos 90 millones de euros y permitirá reducir deuda financiera neta en unos 30 millones de euros.
Lo cierto es que el sector de las telecos no está para tirar cohetes. Ni en Bolsa ni en beneficios. Si comparamos Telefónica y Vodafone, la primera ha presentado resultados mixtos hasta septiembre, penalizados por las divisas latinoamericanas, pero sólidos en la operativa comercial y con esperanzas de mejorar en España.
Por su parte, Vodafone ha revisado a la baja sus activos tras los malos resultados obtenidos. Sus ingresos han bajado más de un 3% a 2.421 millones hasta septiembre, el ebitda ajustado cede un 27% a 542 millones con un flujo de caja operativo también en negativo. Todo ello se debe entre otros motivos, al aumento de los costes de acceso mayorista a la red de fibra y el aumento del precio de fútbol.
Sin embargo, otros expertos consideran que el sector de las telecos pueden remontar en los próximos meses porque “pueden aprovecharse del buen comportamiento de la demanda interna en España la cual crece más que el propio PIB. Crece el empleo, mejoran los salarios por lo que este tipo de compañías se verán fortalecidas a nivel de ventas” y que pueden ser oportunidades de compra en Bolsa, como explica Lola Solana, desde Santander AM.
Desde el punto de vista técnico, durante los dos últimos meses, Telefónica ha realizado una subida desde los 6,59 euros donde registró un sentimiento negativo hasta la zona de los 7,66 euros actuales. Alberto Iturralde, analista de diasdebolsa.com, cree que lo más probable es que el valor tenga continuidad al alza pero cuidado con los 7,90 euros.
David Galán, de Bolsa General, cree que no toca estar negativos en la compañía, “puede haber una recuperación.
En las próximas horas, la compañía va a presentar un plan estratégico a nivel interno. El mercado espera mensajes sobre el posicionamiento de cara al futuro, sobre la competencia, nuevos productos, digitalización, incremento de la tecnología y ofertas convergentes. Unos mensajes que serán analizados por el mercado para determinar el futuro de la compañía.