Hyderabad es una ciudad india conocida por sus perlas y minas de piedras preciosas, algunas de ellas portadas en joyas de mucho valor por la Reina Isabell II o miembros de la familia Rockefeller. En Hyderabad nació Satya Nadella, el tercer consejero delegado de Microsoft. Esta semana se cumplen dos años (4 de febrero) del anuncio del nombramiento de Nadella que en su día fue muy esperado por la necesidad que tenía Microsoft de renovarse. De hecho Steve Ballmer (predecesor) ya había avisado en agosto de 2013 que iba a abandonar la empresa. Entre sus meteduras de pata figuraba el lanzamiento del criticado Windows 8 o la burla que dirigió a Apple cuando en 2007 lanzó el primer Iphone. Seguro que todo esto influyó en que la revista Forbes eligiera a Ballmer como el peor de los peores cuando elaboró una lista directivos en 2012. Como sucede a menudo cuando toca renovar la cúpula de una gran empresa, se buscó un sustituto fuera (Alan Mulally de Ford o Stephen Elop de Nokia figuran entre los nombres barajados), pero la renovación de Microsoft llegó desde dentro. Satya Nadella trabaja en Microsoft desde 1992; en el momento de su designación era el responsable de la división Cloud. Bajo su tutela, por ejemplo, se desarrolló el servicio en la nube Azure.
Recuerdo la llegada de Satya Nadella con escepticismo. Cierto que Ballmer se había encargado de rodear al gigante de un halo de “quiero y no puedo”, pero es que además hace dos años la escena era la de PCs en desuso y dispositivos móviles en pleno auge. Y todo esto influyó para que bajo la era Nadella viésemos ya que el Office se hacía compatible compatible con los sistemas operativos de Apple y Google.
El Office 365 es uno de los grandes revulsivos de Microsoft en su última cuenta de resultados, con un crecimiento de los ingresos del 70% debido en parte al mayor uso de los programas que incluye (Excel , Word, Outlook, PowPoint…) por parte de empresas; y esto sin perder de vista el aumento del 140% de los ingresos de la plataforma Azure en la nube.
“Nuestro trabajo es asegurar que Microsoft progresa en el móvil y en la nube” o “tenemos que empezar de cero en lo relativo a cómo Microsoft puede contribuir de manera única en el mundo” son algunas de las frases que Nadella dirigió por primera vez a sus empleados el 4 de febrero de 2014. Era una carta en la que se reconocía el talento de la plantilla pese a que meses después llegó el anuncio de miles de despidos (es lo que tienen las empresas...) Una primera carta que tenía un toque personal: “(...) Compro más libros de los que termino. Me suscribo en más cursos online de los que completo. Creo firmemente que si no estás aprendiendo cosas nuevas, dejas de hacer cosas grandes y útiles”.
Ninguna carta de intenciones llega por si sola para cambiar las maneras de trabajar en una compañía. Pero afirmaciones como estas, son pequeñas perlas de la gestión . Perlas como las de Hyderabad pero desde la nube.
(FOTO: Bhupinder Nayyar, www.flickr.com)