Entre los bancos analizados destaca el caso de BNP Paribas, que no tuvo que abonar ningún tributo por los 134 millones de euros de ganancias que sumó en las Islas Caimán ni por los 23 de Mónaco; lo mismo ocurrió con Barclays y los 83 millones de euros que obtuvo en Hong Kong; con los 79 millones de HSBC en Islas Bermudas o con los 43 millones que el Banco Santander se anotó en Austria. Miguel Alba, responsable del sector privado de Oxfam Intermón, reconoce que es paradigmático el caso de Deutsche Bank, que registró pérdidas récord en 2015 mientras obtuvo 2.000 millones de euros en paraísos fiscales. Para Alba "ilustra claramente la discrepancia entre la actividad económica que realiza un banco y donde reporta los beneficios y paga los impuestos."
Algunas entidades responden a los autores del estudio y se defienden "hablando de que la presencia que mantienen en un paraíso fiscal no se debe a motivos fiscales sino a una regulación más laxa", explica Alba, lo que "nos parece que también es orientativo de que un país sea un paraíso fiscal, porque las legislaciones son para defender intereses de consumidores y esquivar las regulaciones yéndose a otras jurisdicciones es una forma de diluir los compromisos que tienen las empresas."
Para la elaboración de este informe Oxfam ha analizado datos de los siguientes bancos: BNP Paribas, Groupe BPCE, Crédit Agricole, Crédit Mutuel, CIC y Societe Generale en Francia; Deutsche Bank, Commerzbank y KFW IPEX-Bank en Alemania; UniCredit e Intesa SanPaolo en Italia; ING y Rabobank en Países Bajos; Santander y BBVA en España; Nordea en Suecia; y HSBC, Barclays, RBS, Lloyds Bank y Standard Chartered en Reino Unido.