Reuters.- Halliburton y Baker Hughes anunciaron el fin de su acuerdo de fusión tras afrontar la oposición de los reguladores antimonopolio de Europa y Estados Unidos.
El acuerdo habría unido a la segunda y tercera empresa de servicios petroleros a nivel mundial, lo que generó preocupaciones de que resultara en un alza en los precios en el sector. Este es el último ejemplo de una megafusión que falla por obstáculos de los reguladores.
"Los desafíos para obtener las restantes aprobaciones reguladoras y las condiciones generales de la industria que perjudicaron severamente negociaciones económicas, arrojaron como conclusión que el término de esto es el mejor curso de acción", dijo Dave Lesar, presidente ejecutivo de Halliburton.
El contrato para que Halliburton adquiriera Baker Hughes, valorado en 35.000 millones de dólares cuando fue anunciada en noviembre de 2014, expiró el sábado sin que las empresas llegaran a un acuerdo para extenderlo.
Baker Hughes recibirá 3.500 millones de dólares como compensación por el acuerdo fallido.
El Departamento de Justicia de Estados Unidos presentó una demanda el mes pasado para bloquear la fusión, argumentando que esa negociación dejaría sólo dos suministradores dominantes para las 20 líneas de la perforación global de yacimientos y en la industria de servicios de construcción petrolera, donde Schlumberger sería la otra compañía.
"La decisión de las compañías de abandonar esta transacción -que habría dejado a muchos mercados de servicios de yacimientos petroleros en manos de un duopolio- es una victoria para la economía estadounidense y para todos los estadounidenses", dijo el domingo la fiscal general Loretta Lynch en un comunicado.
La Comisión Europea también había expresado previamente preocupaciones de que la fusión podría reducir la competencia y la innovación.
El colapso de la adquisición de Halliburton de la empresa Baker Hughes se produce en momentos en que ambas compañías luchan por enfrentar el impacto que han tenido en sus clientes los bajos precios de la energía.