Netflix cumple 25 años. Celebración agridulce para la plataforma de streaming que ha revolucionado al mercado y que, con la competencia en el frente, encara uno de los periodos más inciertos de su cuarto de siglo de historia.
Desde DVD por correo postal hasta el ordenador recabamos los hitos de un meteoro que se coló entre las FAANG.
Escucha cómo Netflix ha cambiado en el último cuatro de siglo en este podcast de Mercado Abierto:
La plataforma de streaming quiere vivir imitando el sistema contra el que se levantó en 1997 mientras pierde suscriptores, ingresos y anuncia despidos
En 1997 había una necesidad que tenía que ser satisfecha, la de entretenerse y, si podía ser, mejor desde el sofá de casa. Ir a un videoclub, hace ahora 25 años, era toda una odisea.
Colarse entre cientos y cientos de minutos de historias que te transportaban a otros mundos colaban entre los sueños de los más pequeños y nos hacían pensar en lo que nos esperaba.
Viajar a través del fotograma era lo que buscamos cuando éramos pequeños. Entonces lo hacíamos en pesetas y en un videoclub.
Bajar al videoclub era toda una aventura, pero cuando uno está perezoso, a lo mejor, no quiere tener que vestirse, salir a la calle y decidirse entre tanto título. Por ello, fue cuando hace ahora un cuarto de siglo, Reed Hastings y Marc Randolph decidieron crear Netflix: un servicio postal de DVD’s a domicilio que hacían las mieles de cualquier estadounidense – porque tardó años en salir de allí – que quisieran pasar un fin de semana casero.
Netflix llegó ya rompiendo el mercado. Lo hizo con una tarifa plana sin límite de alquileres – en vez de tener que pagar por cada DVD – y sin recargos por olvidarse de devolver la película en la fecha en la que te obligaban después de haberle dado mil y una vueltas a la cinta.
Con el tiempo, los blockbusters terminaron por dar carpetazo. La extensión más allá del local al mundo digital modificaron todo un sistema que todavía hoy vive en nuestra memoria después de acumular un capital de más de 36.000 millones de dólares por distribución de contenido audiovisual.
Blanco y negro
Desde los repartidores que en su día viajaban en bicicleta aquel 28 de agosto de 1997 hoy Netflix es un gigante de más de 11.500 empleados que nació con una suscripción de 20 dólares para quedarse con los DVD durante semanas y la posibilidad de llevarse sagas o temporadas al completo para verlas de seguido porque eso del ‘atracón’ de series pensamos que es nuevo, pero no.
Pasaron los años y una década después, en 2007, la plataforma logró convertirse en un competidor serio en el mercado. El primero de ellos, la televisión, cuyo consumo comenzó a erosionar gracias a una oferta sin publicidad (omnipresente en la televisión), de pago aunque asequible (a diferencia de los costosos paquetes de televisión por cable), accesible (a través de distintos dispositivos) y flexible (en cualquier lugar y momento).
Netflix también se las vio con la piratería, aunque se cambió el paradigma de un mercado atacado por las descargas ilegales. Consiguió que por las suscripciones la gente fuera abandonando a los virus y programas míticos como eMule y Ares con los que acabó esta estadounidense. Netflix apostó por el audiovisual en internet a pesar de la reticencia imperante en el sector.
Más allá de USA
Así las cosas, hasta hace ocho años Netflix no estaba en nuestras casas porque su internacionalización fue muy lenta. Llegó en 2010 a Canadá y en 2015 aterrizó en España y algunos otros países del sur de Europa además de Oceanía y Cuba.
A Netflix le llevó 10 años superar la barrera de los 100 millones de clientes. A sus competidoras le dio el caminó hecho. Disney+ tardó poco más de uno. Fue el hermano mayor que con un atraco hizo sucumbir al mercado.
"Más contenidos, más visionados; más visionados, más suscriptores; más suscriptores, más beneficio; más beneficio, más contenido”, este es el sistema que funciona. El mantra que hace unos años verbalizó Ted Sarandos y que hoy todavía vemos repetirse por otras como HBO y el resto de grandes lineales que han pasado a ser una habitual en los buscadores de cualquier ordenador.
Pero este sistema parece que hoy se agota. Vuelve Netflix con publicidad, en otras palabras, la televisión en abierto. La pandemia le dio un golpe de gracia a la empresa que en 2018 pasó a ser la plataforma con más nominaciones a los premios Emmy y logró llevarse 23 galardones.
Poco a poco ha ido perdiendo. El pasado trimestre perdía casi un millón de suscriptores y despedía a 300 empleados.
25 años después, el caso es que Netflix vuelve a tratar de batir a su competidora, la televisión, pero con un sistema de lo más anticuado, la propia televisión.