Y es que con más de un centenario y medio a sus espaldas, la compañía sigue innovando. Un ejemplo de ello fue su incursión en la tecnología de la mano de Google, con quien fabricó una cazadora vaquera inteligente que nos permite controlar nuestro Smartphone.
Renovarse o morir: ése es su lema. Un lema muy necesario si tenemos en cuenta los frentes que se mueven en el horizonte: el gran dominio de la ropa athleisure y la caída de las ventas en el mercado de los vaqueros, pasando por la fiebre de las compras online las 24 horas del día. Pero a pesar de todo ello, Levi’s todavía cosecha beneficios: ganó 291 millones en el 2016 y ha mantenido su crecimiento durante cuatro años consecutivos. Y a pesar de cualquier revés se mantiene fiel a su esencia.
Una esencia que nació de la mano de Levi Strauss, el hijo menor de una familia judía que emigró a Nueva York a finales de 1840 para ayudar a sus dos hermanos mayores a establecer un negocio de productos secos. Strauss se mudó a San Francisco en 1853 y estableció allí una tienda para ampliar el negocio familiar.
Durante 20 años, vendió mantas, calzado y ropa a las tiendas de la zona oeste y se estableció como líder empresarial en toda la ciudad. Pero su suerte cambió a finales de la década de 1850, cuando apareció el sastre Jacob Davis, quien le propuso un diseño innovador para los pantalones de los mineros que trabajaban en la zona. Davis solía comprarle a Strauss esos pantalones, pero tenían un problema: los bolsillos se descosían con mucha facilidad. Ambos encontraron una solución: añadieron pequeños remaches de cobre en los bolsillos, en la cintura, en la entrepierna y en otros puntos clave y crearon así un modelo de pantalones más robustos que podían soportar el día a día de los trabajos forzosos.
Strauss y Davis patentaron este modelo. Al principio se llamó XX, pero luego pasó a llamarse 501, una prenda icónica que desde entonces ha evolucionado hasta convertirse en el vaquero clásico por excelencia. Kurt Cobain, Marilyn Monroe, Steve Jobs, incluso Einstein han llevado los míticos pantalones de la firma. Un vaquero que nunca pasa de moda.
Y ahí reside parte del éxito de la compañía: nunca ha abandonado sus raíces y a día de hoy todavía es importante para la generación de los baby boomers, que creció con sus vaqueros. Y ha conseguido ser relevante para todas las generaciones, incluidos los Millennials, gracias a su poder innovador.