Funcionarios del Ejecutivo japonés han visitado el centro técnico de Okazaki para realizar una primera inspección in situ tras el falseo de datos que ha admitido la compañía. La administración ha fijado el plazo en la próxima semana para presentar un informe sobre el falseo de datos, cuyo alcance aún se desconoce. También ha pedido a las empresas del sector documentos sobre los métodos que utilizan en las pruebas de eficiencia.
El sexto fabricante de automóviles de Japón, admitió haber manipulado los exámenes de emisiones de gases de hasta 625.000 vehículos con el objetivo de presentar mejores tasas de consumo de combustible que las reales. Según su presidente, Tetsuro Aikawa, se trata de una acción "intencionada". No solamente se falsificaron los resultados de las pruebas, sino que ni siquiera se siguieron los protocolos que marca la ley japonesa.
El escándalo afecta a cuatro modelos de mini vehículos. Dos de la propia Mitsubishi, el eK Wagon y el eK Space, mientras que los restantes fueron producidos para Nissan.
La distribuidora de Mitsubishi Motors en España asegura que ninguno de sus modelos homologados y comercializados en el mercado español está afectado por los problemas de modificación de los consumos homologados en Japón.
Las declaraciones también han afectado al mercado. Mitsubishi Motors ha perdido en el ejercicio de este miércoles más de 3.000 millones de euros, el 15% de su valor en bolsa.
Akira Kishimoto, analista de JPMorgan ha indicado que tendrá una repercusión de 450 millones de dólares entre los pagos a los consumidores, los costes de reemplazar las partes afectadas y la compensación a Nissan.