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Mark Zuckerberg, CEO de Facebook, no ha tenido jefe en su vida laboral, él es su propio jefe y dirige una de las principales compañías tecnológicas mundiales. En su cartera empresarial tres grandes nombres: Facebook, Instagram y Whatsapp.
“El poder de Mark no tiene precedentes y es antiamericano”, denunciaba en un duro artículo Chris Hughes, uno de los creadores de la red social. Su nombre no ha pasado a la historia, pero él era uno de los cinco jóvenes estudiantes que programaron aquel primer directivo universitario.
“Han pasado 15 años desde que cofundé Facebook en Harvard, y no he trabajado en la compañía en una década. Siento una sensación de ira y responsabilidad”.
Al frente del transatlántico sigue estando Zuckerberg que es el accionista mayoritario de Facebook y representa el 59,9% de la compañía. «La junta de Facebook funciona más como un comité asesor que como un supervisor», denuncia Hughes.
Un poder impresionante que le concede la ventaja de no tener que responder ante casi nadie, solo las autoridades regulatorias.
«Facebook juega un papel de gran tamaño en nuestra sociedad y nuestra economía. Tienen la responsabilidad social y financiera de ser transparentes, por eso exigimos independencia y responsabilidad en la sala de juntas de la compañía», denunciaban en un comunicado el pasado otoño un colectivo de inversores de la red social entre los que se encuentran los tesoreros estatales de Ilinois, Rhode Island y Pennsylvania, todos ellos poseen acciones de la red social
Por encima de Zuckerberg solo está la SEC, el regulador bursátil estadounidenses, o la FTC, la Comisión Federal de Comercio del país.
Desde abril de 2018, la lista de directivos que han abandonado las compañías presididas por Zuckerberg no deja de crecer.
El primero fue el creador de Whatsapp, Jan Koum. El creador de la famosa app de mensajería instantánea junto con Brian Acton dejaron su revolucionario invento tras cuatro años.
Les siguió el director de políticas, Elliot Schrage, y en pleno verano el ex jefe de seguridad, Alex Stamos, dejó el barco. «He tenido algunos desacuerdos con todos mis colegas, incluidos otros ejecutivos», llegó a comentar.
Más llamativas fueron las salidas de los padres de Instagram el pasado mes de septiembre. Kevin Systrom y Mike Krieger abandonaron el transatlántico en medio de informaciones que aseguraban de la toma de posiciones y decisiones de Zuckerberg en la compañía. «Nadie deja nunca un trabajo porque todo es increíble», señalaron.
Los siguientes nombres fueron Brendan Iribe, CEO y cofundador de Oculus, Neeraj Arora, el responsable de sacar dinero en WhatsApp, Debbie Frost, la directiva de relaciones públicas más antigua de Facebook, y, por último, uno de los primeros quince ingenieros de Facebook y mano derecha de Zuckerberg, Chris Cox.
«Me preocupa que Mark se haya rodeado de un equipo que refuerce sus creencias en lugar de desafiarlas», relata Hughes.
Dominar el mundo
En la actualidad, cerca del 70% de los adultos estadounidenses utiliza las redes sociales. Facebook supera los dos mil millones de usuarios en todo el planeta y sus números no paran de crecer en todos los mercados.
«Desde nuestros primeros días, Mark usó la palabra "dominación" para describir nuestras ambiciones, sin ningún indicio de ironía o humildad», relata. «El mayor error de la FTC fue permitir que Facebook adquiriera Instagram y WhatsApp», lamenta el que fuera cofundador de Facebook.
Hughes es consciente de que «no hay voluntad política». Existe una amenaza, la de la candidata demócrata Elizabeth Warren, que ha pedido expresamente la fragmentación de empresas como Amazon, Google, Apple o Facebook.