La caída de un coloso. Se hunde un gigante. Evergrande, el gigante inmobiliario chino, se adentra en una oscura espiral de deudas y contratiempos que no dan ni un solo día de tregua a los inversores. Pero este problema tiene muchas más derivadas.
Ahora son las empresas el cobre las que caen en bolsa sin que nadie pueda hacer nada y todo por esta firma china. ¿Qué está pasando? ¿Dejará caer finalmente el Gobierno chino a su buque insignia en el sector inmobiliario?
Escucha la historia completa en este podcast de Mercado Abierto:
La promotora, la más endeudada a nivel mundial con un pasivo que alcanza los 300.000 millones de dólares ha tenido que solicitar la suspensión de cotización de sus bonos
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La quiebra amenaza a la mayor firma inmobiliaria del mercado chino y de Asia, Evergrande. Hace apenas unas horas echaban el cierre hasta el lunes las plazas asiáticas y en la Bolsa de Hong Kong, donde cotiza Evergrande, hemos visto cómo el valor se ha dejado este viernes apenas un 4%, pero es que viene de métricas peores. Ayer jueves caída un 7,47% y en lo que va de año el hundimiento se acerca al 83%.
¿Por qué? La situación es que una de sus principales filiales, Hengda Real Estate Group, se ha visto obligada a solicitar este jueves la suspensión de negociación de sus bonos corporativos que cotizan en el mercado nacional chino tras una nueva rebaja de la calificación. A la que se sigue dos más de Fitch de hace ahora justo una semana.
La promotora, la más endeudada a nivel mundial con un pasivo que alcanza los 300.000 millones de dólares, como nos día Ramón, ha tenido que solicitar esa medida después de que las bolsas de Shanghái y Shenzhen, las dos plazas más importantes de la China continental hayan dado la orden de congelar, no una sino varias veces, la negociación de los bonos en los últimos días debido a la fuerte volatilidad que está afectando a la contratación.
Ahora Evergrande tiene pocas opciones sobre la mesa y su futuro se complica por momentos ante la falta casi total de liquidez: o se va a la quiebra desordenada, declara el colapso controlado o le rescata el Estado chino, una opción, pero no la solución porque el colapso de los bonos de Hendga lo que deja sobre la mesa es la cada vez más probable realidad de que incurra en impagos y en la reestructuración de la deuda.
Riesgo de insolvencia cruzada
El gigante inmobiliario anunció a comienzos de esta semana que dos de sus empresas subsidiarias habían incumplido sus obligaciones de garantía incurridas en productos de gestión patrimonial, lo que ponía de inmediato al grupo "en riesgo de insolvencia cruzada"
Y esto ¿qué es? Se refiere a una situación en la que basta con la que uno de los deudores que tenga uno entre en suspensión de pagos con uno de los acreedores para que los otros puedan reclamar de manera inmediata la devolución de su dinero. Es decir, yo tengo varias deudas, a uno de los que me reclaman el dinero no le pago y el resto, alarmados, me reclaman ya su parte.
Esto es lo que ha pasado, a grandes rasgos, en Evergrande y lo que está trayendo de cabeza a todo el mundo. Una realidad con más de una derivada.
¿Cómo hemos llegado hasta aquí?
Primero hay que situarse ¿cómo hemos llegado hasta aquí? Evergrande, es una de las empresas más reseñables, no es un simple negocio inmobiliario. Es uno de los gigantes empresariales del país dando empleo a más de 200.000 personas de forma directiva y casi 4 millones de manera indirecta. En un solo año el grupo ha sido capaz de vender la friolera de 100.000 millones de dólares en propiedades.
Es por ello que las ramificaciones de esta crisis serán de gran alcance para el sector 'high yield' chino. En lo que va de año, este segmento ha caído más del 4% en el índice de bonos corporativos de mercados emergentes que elabora JP Morgan.
Si Evergrande no fuera capaz de cumplir con los vencimientos que tiene por delante, desde BofA calculan que la tasa de incumplimiento para el conjunto los bonos en dólares 'high yield' de China aumentaría del 4% actual al 20%.
Para tratar de solventar esta crisis: Evergrande ha ofrecido a los compradores grandes descuentos para sus desarrollos residenciales y ha vendido la mayor parte de sus propiedades comerciales para aumentar el flujo de caja.
A principios de este año, reveló planes para escindir tres unidades no cotizadas: el mercado inmobiliario y de automóviles en línea Fangchebao, y los parques temáticos y las empresas de agua, para liberar aún más capital.
Y el martes dijo que tiene aún más planes de enajenación de activos y acciones para aliviar sus problemas de liquidez, pero nada de nada. De hecho, lo último que sabemos es que, según Reuters, un grupo de tenedores de la firma ya se están moviendo y contratado al bufete de abogados Kirkland & Ellis ante una posible quiebra de la firma.
Tan mal están las cosas que, según S&P Global Ratings, Evergrande podría estar “tratando de persuadir” a sus proveedores y contratistas para que acepten propiedades físicas como pago, en un intento por conservar efectivo para los reembolsos de préstamos.
Y ¿qué pasa? Pues que según los expertos Evergrande es demasiado grande como para quebrar.
Derivada en el cobre
No obstante, lo decíamos al principio aquí hay más una de derivada. Y ayer nos dio por fijarnos en una. Freeport McMoran, la productor de cobre, fue la empresa que más se dejaba este jueves desde la apertura en Wall Street. No había una razón aparente, pero mirando entre cortina y cortina nos chocamos con un dato interesante.
El mercado inmobiliario chino es uno de los mayores consumidores de cobre del mundo con cerca de 3 millones de toneladas anuales, esto es, un 22% del total. Y claro miedo a la quiebra por un lado… y a no tener clientes, EL cliente, por el otro.
Fundada en 1996 por el presidente Hui Ka Yan en la ciudad sureña de Guangzhou, Evergrande aceleró su crecimiento en la última década del siglo pasado hasta convertirse en el segundo desarrollador inmobiliario más grande de China con 110.000 millones de dólares en ventas el año pasado.
La compañía comenzó su historia bursátil en Hong Kong en 2009, lo que le dio más acceso a los mercados de capital y deuda para aumentar el tamaño de sus activos a hasta los 335.000 millones en la actualidad.
Una deuda que ahora amenaza con hacer caer todo un sistema y que amenaza, curiosamente, con la estabilidad de un régimen que se ha hecho fuerte de la mano de firmas como Evergrande a las que ahora da la espalda, pero que en su momento se encargó de aupar hacia lo más alto.