Si hay una palabra de moda en las últimas semanas esa es 'greenwashing', que significa un lavado ‘verde’ de imagen. La cumbre del clima celebrada en Madrid ha generado una oleada anuncios por parte de las compañías para demostrar lo concienciadas que están con el medio ambiente.
Sin ir más lejos, hemos visto los primeros pasos en este sentido de un sector que nunca se ha caracterizado por su compromiso con el medio ambiente: los bancos.
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Esta es una pequeña lista a modo resumen de las decenas de anuncios que han hecho los bancos españoles estos días: ‘Santander se compromete a ser neutro en carbono en 2020’, ‘Carlos Torres Vila dice que BBVA asignará un precio interno a sus emisiones de carbono’, y ‘Santander promete movilizar 120.000 millones de euros en financiación verde’.
Aunque esto haya sido a modo de resumen, lo mucho que se repite el nombre del Santander en esta lista también se refleja en la realidad. El banco de Ana Botín se ha puesto las pilas para acaparar los titulares verdes estas últimas semanas.
Tanto, que la presidenta se ha personado en la cumbre del Clima para decir que son los medios y los inversores los que tienen que motivar a las empresas a que inviertan en verde.
¿Por qué se esfuerzan tanto los bancos por teñir su imagen de ‘verde’?
Como empresas, los bancos no emiten demasiado dióxido de carbono. Dentro de su modelo de negocio, prácticamente lo que más contamina es la energía que utilizan en todas las sucursales que tienen.Aunque no contaminen de manera directa, lo hacen indirectamente. Porque el dinero que prestan también contamina.
Sin ir más lejos, en su última presentación de resultados el consejero delegado precisamente del Santander sacaba pecho sobre cómo son líderes en Estados Unidos en la concesión de créditos para la compra de coches, uno de los productos más contaminantes del día a día.
El dinero también contamina. Pero de repente todo el mundo se ha dado cuenta de esto. Por un lado, los propios bancos, que nos aturullan con tantos anuncios de este tipo. Por otro lado, las altas instituciones bancarias.
Hace un par de días el Banco de España alertaba que el 25% de los préstamos españoles está expuesto a la transición energética y eso tiene sus riesgos. Por ejemplo, que se restrinja la actividad de empresas muy contaminantes o que se multe esa actividad.
De hecho, el BCE anunció hace unas semanas que incluiría el riesgo climático dentro de sus tests de estrés a la banca. Esto es, si los bancos podrían afrontar los peores de los peligros por el clima. Nos explicaba esto el director de Sostenibilidad de BBVA, Emilio Martín-More.
El cambio climático está más de moda que nunca. Veremos si ha llegado para quedarse o se trata simplemente de una moda pasajera.