Jeff Bezos es el hombre más rico del mundo. Su fortuna es de 137.000 millones, según el ránking de millonarios de Bloomberg. Aunque fluctúa al ritmo de los vaivenes de su compañía en bolsa, porque la gran mayoría de su dinero está invertido en acciones de Amazon. Tiene el 16% de la empresa, valorado en 131.000 millones de dólares.
Lleva 25 años casado con Mackenzie Bezos. Se conocieron antes de la fundación de Amazon y, si bien ella comenzó trabajando en la empresa en el departamento de contabilidad, se desligó de la compañía para dedicarse a escribir (es autora de dos libros) y a su familia. Mckenzie no posee acciones de Amazon.
Pero eso podría cambiar con su divorcio, porque la residencia de los Bezos está en Washington, un estado considerado de propiedad comunitaria. Hay otros 9 estados que tienen leyes similares en EEUU, según las cuales, cualquier cosa que adquieran los cónyuges durante el matrimonio se considera de propiedad conjunta, lo compre quien lo compre, excepto los activos heredados o los adquiridos antes del matrimonio. Cuando se separan, todo se reparte al 50%, ya sean casas, cuentas bancarias, coches muebles o… acciones.
Salvo que los Bezos firmasen un acuerdo pre o post nupcial que contemplase un escenario diferente, algo que no ha trascendido. De no ser así, a Mackenzie Bezos le correspondería ademásr el 8% de los títulos de Amazon y sería la segunda mayor accionista, por delante de Vanguard, que posee un 5,9%. Eso siempre que quisiera el pago en acciones. Otra opción sería que Jeff Bezos quisiera vender títulos para pagar a su futura ex mujer una cantidad similar al valor de los títulos.
Pero Mackenzie también controlaría la mitad de Blue Origin, la empresa espacial fundada por el millonario, de la que es el único accionista y cuyo valor es difícil de estimar, por la poca información que ofrece el propio Bezos.
De hecho, de confirmarse que no hay acuerdo pre o post nupcial, el divorcio sería el más “caro” de la historia. Muy lejos de los que hasta ahora lideran el ranking, ya que Mackenzie Bezos vería cómo su fortuna se elevaría hasta casi 70.000 millones de dólares, convirtiéndose en la mujer más rica del planeta.
Otros divorcios millonarios
Curiosamente, los divorcios más caros de la historia tienen a grandes empresarios como protagonistas. Hasta la fecha, el mayor de todas es el de Alec Wildenstein, millonario estadounidense nacido en Francia, coleccionista de arte y propietario de caballos de carreras. En 1999 se separó de su esposa Jocelyn, a la que entregó 3.800 millones de dólares. Rupert Murdoch, el magnate de los medios, es el siguiente en el ránking. Su divorcio de su esposa Anna en 1999, con la que llevaba casada 31 años, le supuso el desembolso entonces de 1.700 millones de dólares.
En España, el divorcio más sonado en el ámbito empresarial fue el de Amancio Ortega, uno de los hombres más ricos del mundo. El creador de Inditex desembolsó 1.500 millones de euros a su ex esposa, Rosalía Mera, que se convirtió entonces en la mujer más rica de España y en propietaria del 6,9% de la compañía.
Siguiendo en el ranking, Bernie Ecclestone, el empresario de la Fórmula 1, pagó 1.200 millones al separarse de Slavica tras 23 años de matrimonio. Y Steve Wynn, el hombre que amasó su fortuna con el negocio de los hoteles y los casinos, terminó su relación conyugal en 2010 con el pago de 1.000 millones de dólares.