Meta amenaza a la Unión Europea y el mercado se lo devuelve a Mark Zuckerberg. La tecnológica propietaria de Facebook, Instagram o WhatsApp no quiere tener que rendir pelitesía a Bruselas y se opone tajantemente a la nueva directiva comunitaria en la que la Comisión Europea prevé prohibir a las grandes tecnológicas estadounidenses transportar los datos de sus usuarios a Estados Unidos.

En un comunicado dirigido a la Comisión de Bolsa y Valores (SEC), la firma tienen la firme intención de abandonar el Viejo Continente si “no encuentra manera de transferir los datos” al país que, dice, le pertenece.

Esta "amenaza", aseguran, es una consecuencia directa de la sentencia emitida en 2020 por el Tribunal de Justicia de la Unión Europea, conocida como la decisión Schrems II.

Nada más conocerse la noticia los inversores han comenzado a retirar su apoyo a los títulos de Meta en un mercado, el estadounidense, donde habían arrancado la sesión sobre el rojo sobre los que ha ido ahondando.

Las pérdidas han superado, en algunos instantes, el 5% lo que ha provocado una caída de su capitalización de más de 15.000 millones de dólares hasta superar, por la mínima, los 627.000 millones.

Esta noticia llega en medio de las negociaciones abiertas entre los reguladores de la Unión Europea y los estadounidenses para poner en marcha un nuevo pacto de transferencia de datos transatlánticos, pero que fue anulado por el Tribunal de Justicia de la Unión Europea (TJUE) en 2020 por temor a que los datos de los ciudadanos no estuvieran seguros una vez cruzaran 'el charco'.

Así funciona

Meta insiste en que los métodos empleados por la firma para "transferir dichos datos, como las Cláusulas Contractuales Estándar (CEE), han sido sometidas a un escrutinio normativo y judicial".

Hasta ahora el método empleado por la compañía pasaba por desviar los datos empleando el llamado escudo de privacidad. Gracias a esta normativa, la empresa lograba llevar hasta Estados Unidos la información de los usuarios.

"La simple realidad es que Meta, y muchas otras empresas, organizaciones y servicios, dependen de las transferencias de datos entre la UE y los Estados Unidos para operar servicios globales", asegura la compañía ante los reguladores.

En 2020 fue Nick Clegg, el jefe de asuntos globales de la compañía, quien tras otro de los órgados de la firma despejó cualquier duda ante un movimiento como este. Entonces, Clegg aseguró: “Permítanme ser absolutamente claro. No tenemos absolutamente ningún deseo, ningún deseo, ningún plan de retirar nuestros servicios de Europa. ¿Por qué lo haríamos?".