A la espera de que Enel defina un nuevo sucesor, fuentes cercanas a la empresa barajan nombres como el de Juan Rosell, expresidente de la patronal CEOE, como sustituto de Prado aunque todo apunta a que de ser así, Rosell no asumiría labores ejecutivas, ya que de estas se haría cargo José Bogas, consejero delegado. Al parecer, Enel va a dar más peso a Bogas y apuesta por una presidencia no ejecutiva.
Por su cargo como presidente de Endesa, Borja Prado, logró en 2017 una retribución de 3,184 millones, más 281.000 euros para su plan de pensiones. El último informe anual sobre remuneraciones del que se tiene constancia señala que, tanto en caso de salida negociada como de cese por voluntad de la empresa, Prado tendría derecho a una indemnización cifrada en 2,8691 veces su último salario anual, al margen de las cantidades acumuladas por pensiones y seguros, más 0,9564 veces la retribución anual en concepto de pacto de no competencia por dos años, tal y como informan desde El País.
Con las cifras de 2017, esto supondría una indemnización de más de 12 millones, pero al desconocerse por el momento su retribución de 2018, no hay cifra exacta. Además, las partes son libres de acordar una indemnización mayor. Sin embargo, distintas fuentes apuntan a una compensación de más de 13 millones.
Durante “La tertulia de la economía”, Luis Vicente Muñoz ha estado acompañado por Celia Ferrero, vicepresidenta ejecutiva de ATA, César Fernández, presidente del Instituto Superior de Bolsa Inversión y Finanzas, y Antonio Sanabria, profesor de economía internacional en la Universidad Complutense de Madrid. Los invitados han debatido sobre la indemnización de Borja Prado y su relación con Enel:
La relación con Italia parece que 'È finita'
Borja Prado accedió a la presidencia en 2009 como hombre de confianza de la italiana Enel que había entrado en la eléctrica mediante una polémica operación que contó con apoyo del Gobierno de Zapatero y con el rechazo de la antigua dirección del grupo, entonces presidida por Manuel Pizarro. Acciona vendió su 25% de la compañía a Enel, dejando al grupo italiano con un 92% de las acciones. Años después, Enel vendió el 22% para quedarse finalmente con el 70% de Endesa.
Todo apunta a que su cese viene motivado por el deterioro de las relaciones con Enel que se resintieron con la sustitución de Fulvio Conti por Francesco Starace para la presidencia de Enel en 2015. Además, los italianos también cambiaron al consejero delegado, destituyendo a Andrea Brenan, con el que Prado mantenía una relación muy estrecha, por José Bogas. Otro hecho que acrecentó la tensión fue la compra de Enel de los activos de Endesa en Latinoamérica, con la que Prado nunca estuvo de acuerdo pues dejaba a la firma española con presencia solo en la península Ibérica.
La salida le permitirá a Prado despedirse de los inversores y presentar las cuentas anuales de Endesa del ejercicio del año pasado, en el que un año más, el grupo está superando los propósitos de su plan estratégico.