Mapfre cerró el 2018 con un beneficio neto de 528,9 millones de euros, un 24,5% inferior al registrado durante el año pasado, debido al efecto de la partida de 173 millones destinada al deterioro parcial de fondos de comercio de las operaciones aseguradoras en Estados Unidos, Italia e Indonesia. El resultado operativo de la aseguradora aumentó un 0,3%, situándose en 702 millones de euros.
Los ingresos totales del grupo descendieron a 26.590 millones de euros, un 5% menos, a causa de la depreciación de las monedas de los principales países en los que opera, sobre todo el dólar, el real brasileño, el peso mexicano y la lira turca.
El efecto de la depreciación de las divisas también ha afectado a las primas, que se redujeron en un 4%, situándose en 22.537 millones. De hecho, el impacto de esta depreciación asciende a 1.439 millones de euros. A tipo de cambio constante, las primas habrían crecido un 2,1%. En España, el Grupo Mapfre ha obtenido unas primas de 7.524 millones de euros, un crecimiento del 10,3%, frente al aumento que registra el sector del 1,34%.
Las inversiones del Grupo al finalizar el año 2018 ascendieron a 49.274 millones de euros. El 56% de las mismas corresponden a deuda soberana y el 18,1% a renta fija corporativa. El 4,9% son inversiones en renta variable y el 4,5% está en tesorería, un porcentaje similar al invertido en inmuebles. El ratio de Solvencia II al cierre de septiembre se situó en el 207,9%, frente al 201,7% de junio, con un 88% de capital de máxima calidad.
Mapfre ha acordado proponer a la Junta General de Accionistas un dividendo complementario con cargo a los resultados de 2018 de 0,085 euros brutos por acción. De esta forma, el dividendo total con cargo a los resultados de 2018 será de 0,145 euros por título. El grupo destinará a pagar a sus accionistas, la misma cantidad que el año anterior, 447 millones de euros con cargo a los resultados del ejercicio 2018, la misma cantidad que el año anterior.
En los resultados publicados en la CNMV, Mapfre incide que los aspectos negativos de su ejercicio han coincidido con otros factores externos como el descenso de los ingresos financieros por los bajos tipos de interés, el elevado coste de los eventos catastróficos o la reexpresión por hiperinflación de las filiales en Argentina.