El Grupo BBVA cerró el 2018 con un beneficio de 5.324 millones de euros, un 51,3% más que en el ejercicio anterior, gracias a las plusvalías ligadas a la venta de su filial chilena y al sólido crecimiento del negocio crediticio en México, que compensaron la caída de sus resultados en Turquía debido a la depreciación de la lira y la pérdida en Argentina por hiperinflación.

El margen de interés descendió un 0,9% hasta 17.591 millones de euros aunque en el cuarto trimestre subió un 3%.

El negocio en España vio crecer su beneficio un 63 %, aunque el BBVA obtiene gran parte de su beneficio en el extranjero. La mayor contribución a su beneficio vino de su principal mercado, México, donde su resultado neto aumentó un 9% con crecimientos de doble dígito en su margen de interés. En Estados Unidos, el grupo bancario aumentó su beneficio un 51%.

Sin embargo, en Turquía el resultado se redujo un 31% por el efecto divisa. En Argentina restó 29 millones al beneficio tras los ajustes por la hiperinflación. Con la venta en Chile, que se cerró en julio, el BBVA obtuvo una plusvalía neta de 633 millones de euros que apoyó los resultados.

"Han tenido muy mala suerte en la disposición geográfica, pero, a pesar de todo, han mejorado" ha apuntado Pablo García, director de Divacons-AlphaValue, tras analizar los resultados: 


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El banco mantuvo su coeficiente de capital CET1 “fully loaded” en el 11,34 % que había registrado a septiembre mientras que la tasa de morosidad se redujo al 3,9% desde el 4,1% del trimestre anterior.

El grupo ha reiterado su prioridad de generación de valor y ha anunciado un dividendo complementario de 16 céntimos por acción para el próximo abril, un 7% más que en la misma derrama del año anterior. Además, ha incidido en su compromiso de un “pay out” en efectivo de entre el 35 y el 40% con dos pagos al año.

Al margen de las cuentas, el foco de atención se centra en la presunta red de espionaje que el banco y la Audiencia Nacional están investigando y sobre la que el BCE ha mostrado preocupación. La presunta trama de escuchas, se habría realizado entre 2004 y 2005 en el marco de un frustrado asalto al accionariado del banco por parte de la constructora Sacyr.