El Senado de EEUU aprueba el proyecto de ley que busca reestructurar la deuda de Puerto Rico, que alcanza los 70.000 millones de dólares.
El texto, bajo las siglas de “Promesa”, establece una junta de supervisión fiscal que asumiría gran parte del control de la isla para buscar una salida a los más de 70.000 millones de dólares que debe. Mañana viernes vence otro plazo de 2.000 millones y Puerto Rico ya ha anunciado que no lo podrá pagar. Bajo esta norma, la junta podría anular cualquier ley del Gobierno y obligar a la venta de activos, fusionar agencias y despedir funcionarios.
Obama asegura que la ley "no es perfecta" pero que se trata de "un primer paso crucial" hacia una recuperación económica y que da esperanza a millones de estadounidenses originarios de Puerto Rico.
La candidata a la presidencia Hillary Clinton celebra la aprobación, ya que considera que es la mejor opción que tienen en este momento para evitar una crisis fiscal a comienzos de julio. Aun así añade que "el proyecto no es para nada perfecto" y mantiene "serias preocupaciones sobre algunas de las provisiones".
Las críticas de la oposición se centran en asegurar que es una nueva forma de colonialismo. Bernie Sanders, que pertenece a esa oposición, sostiene que la ley es terrible y que acaba con los derechos democráticos de Puerto Rico.