El candidato republicano a la Casa Blanca, Donald Trump, considera a su rival demócrata Hillary Clinton como una amenaza para Estados Unidos si ésta fuese elegida presidenta, tras una nueva polémica por los correos electrónicos de la ex secretaria de Estado a sólo ocho días de las elecciones.
El anuncio del director del FBI, James Comey, de la revisión de más correos en su investigación sobre el uso de Clinton de un servidor privado mientras era secretaria de Estado ha dado un nuevo matiz a la carrera presidencial y renovado las esperanzas de Trump de repuntar y ganar los comicios.
"La investigación durará años. El juicio probablemente comience", dice Trump en un acto en Michigan. El multimillonario sostuvo que una victoria de Clinton en las elecciones de la semana que viene sumiría al país "en una crisis institucional que no podemos afrontar".
La campaña de Clinton y sus seguidores demócratas atacaron con furia a Comey por dar a conocer información que generó interrogantes pero que no ofreció detalles a muy pocos días de las elecciones. Algunos líderes del partido acusaron al FBI de doble estándar, señalando que la agencia está ocultando información que podría dañar las aspiraciones de Trump.
La controversia sobre los correos de Clinton creció el domingo, cuando una fuente dijo que el FBI había conseguido una orden para analizar nuevos correos electrónicos relacionados con un servidor privado que usó la demócrata.
Fuentes cercanas a la investigación aseguran que los nuevos emails fueron descubiertos en una investigación independiente sobre Anthony Weiner, ex esposo de Huma Abedin, una asesora de Clinton. Weiner habría enviado mensajes de texto de contenido sexual a una adolescente de 15 años.
Las encuestas de opinión muestran que la ventaja de Clinton se ha acortado ligeramente desde la semana pasada, pero no está claro si este nuevo giro en el escándalo de los correos electrónicos dañará el respaldo a su candidatura. Millones de estadounidenses emitieron su voto de forma anticipada.
Los problemas de Clinton han restado atención a los del propio Trump tras la divulgación de un video de 2005 en el cual el empresario alardeaba sobre manosear a mujeres y las posteriores denuncias de más mujeres por acoso sexual.