¿Por qué Trump no está de acuerdo con el NAFTA? El acuerdo permite el comercio sin aranceles entre México, EEUU y Canadá y fue firmado a finales de 1993 por Bill Clinton. Por aquel entonces, republicanos y demócratas apoyaron el tratado por igual, ya que prometía impulsar el empleo a ambos lados de la frontera.
Y así ha sido en México. El acuerdo ha permitido que el país crezca arropado por la industria manufacturera que sirve a EEUU. México ofrece costes de producción más bajos y eso ha hecho que muchas compañías estadounidenses, sobre todo de la industria automotriz, se trasladen allí. Eso no le gusta a Donald Trump.
Según el nuevo presidente de EEUU, México se beneficia de un comercio bilateral que asciende a 532.000 millones de dólares anuales, mientras que EEUU sale perdiendo. Los críticos del acuerdo sostienen que el NAFTA tiene la culpa de la pérdida de empleo y el estancamiento de los salarios en EEUU debido a la competitividad mexicana.
Estados como Michigan, Indiana, Kentucky, Ohio y Tennessee han sido algunos de los principales afectados, ya que la industria automotriz es uno de sus pilares económicos. Y es precisamente a ellos a quienes Trump ha dirigido sus discursos proteccionistas.
El pueblo ha hablado y ahora Trump parece decidido a abandonar el NAFTA si Canada y México no acceden a una renegociación. Y tiene competencias para hacerlo: aunque en el pasado existían más limitaciones a la hora de hacer y deshacer en materia de tratados comerciales, el año pasado el Senado ratificó una ley que autoriza al presidente de EEUU a negociar por su cuenta este tipo de tratados por una vía rápida, el llamado fast track. Así que, por ahora, el marcador señala ‘Trump 1-NAFTA 0’.