Las sanciones económicas contra Moscú van llegando, pero saben a poco, según la comunidad internacional. Límites a la importación de tecnología, bloqueos a grandes bancos y castigos a oligarcas cercanos a Vladímir Putin mientras que el golpe definitivo al comercio internacional ruso todavía no se ha atrevido nadie a dárselo.
En el centro de las miradas, el sistema Swift, ¿qué es y por qué será el detonante de una ofensiva mayor, económicamente hablando?
Escucha la historia completa en este podcast de Mercado Abierto:
La exclusión del sistema de pagos mundial no preocupa demasiado a un Kremlin que ya ha ha desarrollado su propio mecanismo y bebe de China
… en un mundo globalizado e hiperconectado como el actual atacar el bolsillo del enemigo puede ser tan eficaz como dañar sus infraestructuras críticas.
Estados Unidos, la Unión Europea y Gran Bretaña están desplegando un paquete de medidas que persigue, precisamente, imponer sanciones económicas severas a Rusia como respuesta a las últimas decisiones tomadas por el Gobierno liderado por Vladímir Putin para reforzar su postura frente a Ucrania.
Hay muchas formas de erosionar el sistema financiero ruso, y una de las más eficaces requiere bloquear sus bancos y aislarlo del mundo.
Alemania, Francia, Italia, España… no se han atrevido a dar este paso todavía. Es la última de las fronteras, tal y como rezaba hace unas horas el ministro de Finanzas galo, Bruno Le Maire. Los líderes, por su parte, con lo que hay están satisfechos.
Estados Unidos asegura que esta sería una ‘opción nuclear’ que ellos estaría dispuestos a asumir, pero que Europa no.
Pero ¿qué es el sistema Swift?
Es la Sociedad para las Comunicaciones Interbancarias y Financieras Mundiales, es decir, un protocolo de comunicación entre bancos, una plataforma tecnológica, para que los bancos puedan hacer transacciones económicas. Un problema, más allá del sector, para los bancos centrales, según José Lizán, Quadriga Asset Managers.
Salir de Swift podría afectar a entre el 20% y el 30% de las transacciones de Rusia y reducir su PIB hasta un 5%. Algo que no le preocupa a Vladímir Putin ni a un Banco Central de Rusia que, asegura, ya tienen el contingente preparado para hacer frente a esta crisis.
Sacar a Rusia de esta herramienta es algo que se considera "realista", ya que no sería la primera vez que un país sufre esta sanción, paso con Irán en 2012.
Sin embargo, Putin ya sabe que puede recibir un golpe como este y nada más que para comprobar sus consecuencias tiene que irse a 2014 cuando algunos bancos rusos sufrieron una exclusión de swift tras la ocupación de Crimea. Les afectó, sí, pero, por ello, los rusos implantaron un sistema parecido, el Mink.